Todo comenzó con la prediabetes a mediados de los '90. Enfrentada a la posibilidad de desarrollar diabetes, la australiana Carolyn Hartz tomó una decisión radical: eliminar el azúcar de su dieta por completo. Aunque hoy es una embajadora del bienestar, la mujer confiesa que los inicios fueron una verdadera batalla. En una entrevista con el sitio Daily Mail Australia, admitió haber sido una "adicta al azúcar" desde la infancia.
No obstante, impulsada por la amenaza a su salud y el deseo de recuperar su vitalidad, persistió. Con una disciplina férrea y el apoyo de profesionales de la nutrición, logró estabilizar sus niveles de glucosa. El resultado no solo fue un cuerpo más sano, sino una energía renovada y una transformación física que se hizo evidente para todos a su alrededor.
Diosa total a los 76 años. La empresaria australiana Carolyn Hartz.
Estéticamente hablando, sí: se ve muy linda, no aparenta la edad que tiene y -lo mejor de todo- derrocha salud.
La transformación de Carolyn Hartz
La espectacular transformación de Hartz despertó el interés de su círculo social. Amigos y familiares empezaron a rogarle consejos y, sobre todo, recetas. Fue esa demanda orgánica la que la llevó a fundar SweetLife en 2002.
Carolyn Hartz: 30 años sin consumir azúcar.
Su empresa se dedicó a elaborar productos sin azúcar, utilizando xilitol -un sustituto natural que ella misma adoptó- como base. Lo que nació como un pequeño emprendimiento casero se catapultó a ser una marca reconocida. El éxito de SweetLife no solo se debió al auge de las dietas bajas en azúcar, sino también a la imagen de su fundadora, quien se convirtió en la mejor prueba de que su método funcionaba. Su aspecto, que muchos calculan entre 50 y 60 años, es la manifestación directa de su estilo de vida.
Carolyn hartz se ha convertido en una embajadora mundial de las dietas sin azúcar.
Con el tiempo, Hartz expandió su mensaje a las redes sociales, compartiendo en Instagram recetas, rutinas de bienestar y su filosofía de vida. Su eje central es claro: es posible transformar hábitos de forma sostenible en cualquier momento de la vida.
Sin embargo, su postura no ha estado exenta de debate. Algunos especialistas en nutrición han advertido que la eliminación total del azúcar puede no ser necesaria para la mayoría de las personas y han cuestionado la rigidez de su mensaje. Hartz mantiene una posición equilibrada: insiste en que su historia es una experiencia personal, no una receta universal, y anima a cada individuo a encontrar su propio equilibrio, subrayando siempre el papel determinante de la constancia.
Radiante. Así se ve la mujer que lleva 30 años sin consumir azúcar.
A sus 76 años, Carolyn Hartz sigue activa al frente de SweetLife, publicando libros de cocina y manteniendo una presencia pública que genera interés. Su caso es un faro en el universo del bienestar que recuerda una máxima poderosa: nunca es tarde para modificar hábitos, y las pequeñas decisiones sostenidas en el tiempo pueden producir resultados profundos.








