La luz también juega un papel crucial durante esta temporada. A pesar de los días más cortos, las orquídeas necesitan recibir suficiente luz para mantenerse saludables. Colocarlas cerca de una ventana bien iluminada, pero sin exposición directa al sol, es la mejor manera de asegurar su correcta fotosíntesis.
Truco de jardinero: el papel de aluminio
Un truco recomendado por jardineros experimentados es colocar papel de aluminio alrededor de la maceta o en la superficie donde está colocada la orquídea. Esto ayudará a reflejar la luz natural y aumentar la iluminación disponible para la planta, maximizando su exposición a la luz sin riesgo de sobrecalentamiento.
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El riego en invierno: menos es más
Uno de los errores más comunes en el cuidado de las orquídeas en invierno es el exceso de riego. Durante los meses fríos, la evaporación es más lenta y las raíces retienen más humedad, lo que aumenta el riesgo de pudrición. Por ello, es recomendable regarlas con menor frecuencia, asegurándose de que el sustrato esté completamente seco antes de volver a regar. Algunos consejos clave son:
- Observar el color de las raíces: las raíces verdes indican suficiente humedad, mientras que las grises sugieren la necesidad de riego.
- Regar por la mañana para aprovechar la temperatura del día y evitar que el exceso de humedad dañe la planta.
- Eliminar el exceso de agua para prevenir la aparición de hongos y enfermedades.