Cuando hablamos del puente que conecta América Latina con Estados Unidos, muchos piensan en cifras, mercancías y tráfico de camiones. Pero en realidad, detrás de esos datos, hay historias, rostros y ciudades que laten al ritmo de un intercambio constante.
Este puente existe, y es tangible. Se trata del World Trade International Bridge, que une Laredo, Texas, con Nuevo Laredo, Tamaulipas, cruzando el río Bravo, no solo es un tramo de asfalto y acero, sino la arteria por donde fluye buena parte del comercio entre México y Estados Unidos
El puente que conecta América Latina con Estados Unidos y mueve miles de millones al año
Cada año, miles de camiones cargados con frutas, textiles, automóviles y tecnología atraviesan este puente. Son más que vehículos, son el reflejo del esfuerzo de millones de productores de América Latina y de la demanda de un mercado de Estados Unidos ávido de productos frescos y manufacturas.
Según The Port of Baltimore se calcula que cerca del 40% del comercio terrestre entre México y Estados Unidos pasa por aquí, lo que lo convierte en uno de los cruces fronterizos más estratégicos del continente. La actividad no se detiene, los conductores, las empresas de transporte, los agentes aduanales y las familias que dependen de este flujo económico son parte de una coreografía diaria que mantiene vivas economías enteras.
Pero este puente no solo mueve mercancías. Las remesas que millones de latinoamericanos envían desde Estados Unidos a sus familias atraviesan rutas físicas y digitales que, de algún modo, también pasan por estas ciudades fronterizas. Cada envío es un recordatorio de vínculos, de historias que conectan hogares distantes con la promesa de un futuro más estable.
Existen otros cruces importantes que complementan este tejido:
- el Bridge of the Americas entre El Paso y Ciudad Juárez,
- el Pharr–Reynosa International Bridge,
- el Anzalduas International Bridge
- el Eagle Pass–Piedras Negras International Bridge






