Las ruinas coloniales, la historia fundacional y un río perezoso que invita a paseos en canoa entre yacarés. Todo eso tiene un pueblo que se erige como el relicto turístico más auténtico del litoral para quienes buscan el origen de la provincia sin el bullicio de las urbes.
Se trata del pueblo de Cayastá, en la provincia de Santa Fe, con poco más de 1.000 habitantes, es el sitio donde Juan de Garay fundó la primera Santa Fe en 1573. Por eso, la historia está totalmente vigente en este lugar.
El pueblo histórico de Santa Fe
El nacimiento de Cayastá se remonta al 15 de noviembre de 1573, cuando Garay desembarcó en la orilla del río San Javier y trazó la ciudad con 30 manzanas y una plaza mayor, la primera traza urbana de la región. Abandonada en 1659 por inundaciones y ataques indígenas, las ruinas cubren 10 hectáreas con cimientos de adobe y cañones españoles del siglo XVI.
Ubicado a 80 kilómetros al norte de Santa Fe capital, tiene un clima subtropical húmedo, con 1.200 milímetros de lluvia anual y una media de 22° de temperatura.
En el pueblo se destacan las ruinas de Santa Fe la Vieja, excavadas desde 1889 y restauradas en 2010, que revelan 200 artefactos coloniales como balas de mosquete y cerámicas guaraníes. En tanto que para los turistas amantes de la naturaleza, el río San Javier forma esteros con 150 especies de aves, incluyendo el yacaré overo en recuperación desde 2015 por el Programa de Fauna Provincial.
Cayastá es un destino fundacional en Santa Fe, donde ruinas de 1573 y ríos narran el nacimiento provincial. Sus 25.000 visitantes anuales, recreaciones coloniales y esteros de yacarés lo coronan como el pueblo para revivir la historia litoral, regresando con el rumor del río y el polvo de las ruinas en las botas.






