Turismo

El pueblo que se jacta de tener una Copa del Mundo de piedra

Este pueblo tiene un valle de piedras que parece sacado de otro planeta y atrae a los visitantes

Argentina tiene pueblos que parecen haber sido olvidados por el reloj, donde cada piedra cuenta una historia de millones de años. Lejos de los circuitos de postal, estos caseríos son laboratorios al aire libre. Guandacol, en la provincia de La Rioja, con apenas 60 habitantes, es el campamento perfecto para quienes quieren huellas de dinosaurios reales, vino de finca y hasta una Copa del Mundo de piedra.

Este pueblo está ubicado a 1.500 metros en la precordillera riojana y es un viaje directo al Cretácico sin máquina del tiempo. Concretamente, está a 220 kilómetros al oeste de la capital provincial, el acceso es por la Ruta Nacional 76, un ripio que serpentea entre cerros rojizos y olivares.

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El pueblo de Guadancol es un llamativo en esta provincia.

El pueblo de Guadancol es un llamativo en esta provincia.

El pueblo que tiene la Copa del Mundo de piedra

El caso del pueblo es un rectángulo: iglesia de 1880, almacén con heladera de kerosene, dos hostales de adobe y un taller de herrería. La luz llega por generador de 19 a 23 horas, el agua es de vertiente canalizada en caños de PVC. De mayo a septiembre el aire es seco y cortante; en verano el sol quema pero la sombra de los algarrobos salva.

El imán absoluto es el Parque Paleontológico Valle de los Dinosaurios, a 4 kilómetros, donde se caminan 300 metros de pasarelas sobre huellas de saurópodos de 120 millones de años impresas en arenisca. Se abre la puerta a las 9 y cierra a las 17. La entrada es a propina. Dentro de este valle, hay una figura de piedra que emula al trofeo que levantó Lionel Messi en Qatar el 18 de diciembre de 2022.

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El pueblo tiene un valle con unas estructuras rocosas llamativas.

El pueblo tiene un valle con unas estructuras rocosas llamativas.

Para estirar las piernas, hay tres rutas marcadas: una de 30 minutos hasta el Cañadón del Yeso, con paredes blancas que brillan al mediodía; otra de 1 hora al Mirador del Cóndor, donde se ven planos a 200 metros de altura; y una tercera de 2 horas a la Finca El Mollar, donde se pisa uva en lagar de piedra y se prueba syrah directo del barril. Los burros del pueblo se alquilan por hora para cargar mochilas; los senderos tienen carteles de chapa pintados a mano.

La comida del pueblo es de campo y fuego: cabrito al asador con papas al rescoldo, empanadas de cebolla caramelizada y locro con maíz quebrado. El almacén vende queso de cabra envuelto en tela; las hostales sirven cena a las 20 con vino de damajuana y postre de higo en almíbar.

Guandacol es un destino de piedra y vino en La Rioja. Su Copa del Mundo de piedra, sus huellas jurásicas, cerros mudos y sabores de finca lo convierten en el pueblo para caminar sobre el pasado, brindar con syrah casero y dormir con el crujido de la leña como única alarma.

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