Después de un buen asado, llega la parte menos divertida: limpiar la parrilla. La grasa pegada, los restos de carne y el hollín pueden convertir esta tarea en una pesadilla. Pero tranquilo, existe un truco casero, rápido y efectivo que te permite desgrasar la parrilla sin esfuerzo, usando ingredientes que seguramente ya tienes en tu cocina.
¿Cómo se hace?
Primero deja que la parrilla siga caliente (idealmente cuando las brasas ya están débiles, pero la grasa aún no se endureció). Después clava la papa en un tenedor o sostenla con una pinza larga para evitar quemarte. Espolvorea sal gruesa o bicarbonato sobre la parrilla.
Luego frota la papa sobre los hierros, aprovechando el calor. El almidón de la papa y la abrasividad de la sal ayudan a despegar la grasa y la suciedad. Si usas limón, pásalo luego para desinfectar y dar brillo natural.
Para terminar usa un trapo seco o papel de cocina, retirando los restos sueltos.
¿Por qué funciona?
- El almidón de la papa actúa como desengrasante natural.
- La sal o bicarbonato raspan suavemente sin dañar el metal.
- El calor ablanda la grasa, lo que facilita su remoción.
- El limón elimina olores y desinfecta naturalmente.
Este truco no solo ahorra tiempo, sino que evita el uso de productos químicos, ideal si usas la parrilla seguida y quieres mantenerla en buen estado.
Otros consejos para mantener la parrilla limpia: Pasa un cepillo metálico después de cada uso, mientras aún está tibia. No dejes restos de carbón ni comida, ya que eso acelera el deterioro del hierro.
Una capa fina de aceite vegetal después de limpiar ayuda a prevenir la oxidación. Guárdala en un lugar seco o protegida del clima si no la vas a usar por mucho tiempo.