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El multimillonario negocio de los osos pandas de China: los regalan a cambio de influencia en el mundo

La política del panda de China es un ejemplo de la capacidad de influir no con la fuerza militar ni con la presión económica, sino con símbolos culturales y emocionales

Pocos animales despiertan tanta ternura como el oso panda gigante. Originario del suroeste de China posee un andar torpe, pelaje blanco y negro que hacen que todos lo asocien con paz, inocencia y cariño. Sin embargo, detrás de esa imagen adorable se esconde una de las estrategias diplomáticas más ingeniosas del mundo moderno.

La política del panda, también conocida como diplomacia del panda. Esta práctica tiene siglos de historia, pero fue en el siglo XX cuando China decidió usar al oso panda como un embajador viviente. En plena Guerra Fría, cuando los bloques de poder estaban claramente divididos, China encontró en el panda un puente inesperado de diplomacia y un lucrativo negocio.

Diplomacia del panda (1)
La diplomacia del panda se refiere a la práctica del gobierno chino de regalar o prestar pandas gigantes a otros países como símbolo de amistad, buena voluntad o para fortalecer las relaciones diplomáticas. 

La diplomacia del panda se refiere a la práctica del gobierno chino de regalar o prestar pandas gigantes a otros países como símbolo de amistad, buena voluntad o para fortalecer las relaciones diplomáticas.

El multimillonario negocio de los osos pandas de China: los regalan a cambio de influencia en el mundo

En 1972, por ejemplo, Estados Unidos recibió a Ling-Ling y Hsing-Hsing, una pareja de osos pandas que se convirtieron en un símbolo de acercamiento tras la histórica visita de Richard Nixon a Pekín. Desde entonces, cada vez que un oso panda llega a un zoológico extranjero, no solo despierta sonrisas: también abre conversaciones políticas y acuerdos estratégicos.

Según National Geographic fue en 1980 , bajo la presidencia de Deng Xiaoping, China convirtió este regalo en un multimillonario negocio. A partir de aquel momento, los osos pandas ya no se regalaban, sino que se alquilaban por una cantidad que oscila entre los 300.000 y un millón de dólares, generalmente por un período de 10 años.

Así mismo existía otra condición clara: cualquier cría que nazca en suelo extranjero sigue siendo propiedad de China y debe regresar a su país de origen. Así, lo que parece un gesto amable es en realidad una herramienta de control y presencia en el mundo.

Diplomacia del panda
Esta práctica de enviar pandas al extranjero se remonta a la dinastía Tang (618-907 d. C.), pero adquirió especial relevancia en los siglos XX y XXI

Esta práctica de enviar pandas al extranjero se remonta a la dinastía Tang (618-907 d. C.), pero adquirió especial relevancia en los siglos XX y XXI

¿Por qué la diplomacia del panda beneficiaba a los países que lo reciban?

La política del panda no solo mueve lazos diplomáticos, también mueve economías. Cada llegada de un panda genera un boom turístico: multitudes viajan para conocerlos, los zoológicos incrementan sus visitantes y los medios se llenan de noticias.

Los costos de mantener a los pandas van más allá de los millones de dólares que se le pagan a China e involucran todo, desde la construcción de alojamientos especiales hasta su alimentación, que consiste en varios kilos bambú por día.

Sin embargo, aquel lucrativo de China negocio dio un vuelco tras una demanda de la organización conservacionista WWF en 1998 relacionada precisamente con el sistema de préstamos a zoológicos estadounidenses. El dinero recaudado, en teoría, se destina a programas de conservación, aunque críticos señalan que detrás de la causa ecológica hay un enorme interés político y comercial.

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