“Fue ahí cuando se me abrió una puerta. Y detrás había un mundo inmenso: el hombre más trascendente de nuestra historia, pero también alguien de carne y hueso que vivió en Mendoza, que caminó por nuestras calles, que se relacionó con la gente común. A mí, que no tenía ídolos ni héroes, me atrapó por completo”, cuenta.
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Facundo, un sanmartiniano orgulloso, junto a un contingente turístico en el Cerro de la Gloria. Está atrás, con chaleco azul.
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San Martín, orgullo mendocino
Loyarte no duda al afirmar que “el espíritu de San Martín sigue vivo en Mendoza”. Y se emociona al recordar que el Libertador eligió esta tierra, aunque no fuera su cuna ni su tumba.
“Me llena el pecho de orgullo que haya hecho de Mendoza su casa. Su alma sigue estando acá, en cada sitio que hoy visitamos, en cada historia que contamos a los turistas”, dice.
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En plena charla, en el Cerro de la Gloria. "Me siento orgulloso de que San Martín haya elegido Mendoza", dice.
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Entre sus lugares preferidos, nombra al Cerro de la Gloria como “la máxima expresión artística” para entender la epopeya del Ejército de los Andes.
Pero también destaca el Manzano Histórico y el monumento Retorno a la Patria. “Ese San Martín que vuelve en una mula, cansado, humilde, lejos de la imagen triunfante que uno podría imaginar, para mí resume lo más noble de sus valores”, explica.
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La humildad de San Martín resume lo más noble de sus valores, asegura Facundo, que es fanático del Cerro de la Gloria.
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Otro sitio que lo conmueve es el Museo de las Bóvedas, en San Martín, donde el Libertador soñaba con retirarse en paz. “Él lo llamaba Mi Tebaida, y era su lugar espiritual. Eso dice mucho: que incluso después de tantas batallas, buscaba silencio, retiro, introspección”.
El San Martín de los libros
Más allá de la imagen del gran estratega, Loyarte insiste en rescatar al San Martín educador.
“Cuando San Martín llega a Buenos Aires, en 1812, trae más libros que armas. Su idea era fundar bibliotecas, porque entendía que sin educación no había futuro. Y lo fascinante es que esa misma biblioteca cruzó la cordillera con el Ejército. Imaginate lo que significa, en medio de semejante epopeya, cargar con libros como si fueran tesoros”, relata.
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En el Cerro de la Gloria, su lugar favorito de Mendoza.
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Esa faceta lo inspira especialmente a la hora de hablar con jóvenes. “San Martín cruzó ocho veces la cordillera en apenas siete años. Hoy la pasamos en auto y ya nos parece una aventura. Ese esfuerzo, esa tenacidad, no se puede entender sin pensar en sus valores: la humildad, la honestidad, el compromiso, la confianza en que lo personal debía estar al servicio del bien colectivo”.
El 17 de agosto, un día de introspección
Para Loyarte, la conmemoración del 17 de agosto no es un acto más en el calendario.
“No es una fiesta. Es un día que nos invita a la introspección. Cada 17 de agosto yo medito, me conecto con lo que creo que fue su espíritu. No lo pienso como algo solemne, sino como un momento para agradecer: desde la niñez sin preocupaciones hasta la adolescencia rebelde, todas esas libertades que disfrutamos hoy se las debemos a ese sacrificio”, afirma.
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Facundo Loyarte durante una charla que dio en la Legislatura de Mendoza.
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El concurso de Radio Nihuil y el futuro
Este año, su pasión por divulgar el legado del Libertador lo llevará un paso más allá. A fines de agosto será jurado en el concurso que organiza Radio Nihuil para jóvenes de 15 y 16 años, una trivia en vivo sobre la vida y la obra de San Martín.
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"Sus valores, su rol como educador... admiro la integralidad de San Martín", expresó Facundo a Diario UNO.
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“Es una propuesta hermosa, porque pone a chicos en contacto con la historia desde el juego, desde la curiosidad. Creo que San Martín tiene mucho para decirles a las nuevas generaciones, y yo quiero ser un puente para que eso ocurra”, señala.
Un mendocino con brújula sanmartiniana
Acuariano, de 23 años, Loyarte sonríe al definir su camino como “una coincidencia feliz”. De una materia universitaria a un proyecto de vida, hoy es guía en el Cerro de la Gloria, organiza city tours sanmartinianos con su emprendimiento Libertador Turismo y se prepara para seguir investigando y enseñando.
“San Martín me marcó una brújula: compromiso, sencillez, humildad, trabajo por los demás. Son valores que no pasan de moda. Y como mendocino, siento la responsabilidad de contarlos, porque acá está parte de su historia más profunda. Mendoza tiene que sentirse orgullosa de eso”, resume.