Día del Niño

Niños asesinos: casos policiales que exhibieron la cara oculta y tenebrosa de la infancia

Patologías psiquiátricas. Violencia intrafamiliar extrema. Delincuencia y drogas. La historia de niños mendocinos que, cuando eran menores, protagonizaron historias de sangre

Este domingo se celebra el Día de la Niñez o Día del Niño. Miles de niños y niñas recibirán regalos -más o menos costosos- jugarán con hermanos, primos y amigos. Serán los agasajados de la jornada, con distintos tipos de matices y variedades. Pero también hubo otros niños, ahora jóvenes, con contextos muy distintos que los llevaron a protagonizar historias policiales de asesinatos.

En Mendoza, hay varios casos de niños asesinos que sacudieron a la provincia en las últimas décadas. Menores de edad que, en vez de tener un juguete, sus manos portaban cuchillos, pistolas y hasta granadas. Y decidieron usarlas.

Hay casos para todos los gustos. Niños inmersos en barrios conflictivos, donde la delincuencia y las drogas son moneda corriente. Otros con graves patologías psiquiátricas que los llevaron a un extremo sangriento. También, más reciente, algunos que vivieron un contexto de violencia intrafamiliar a tal punto que decidieron actuar con sus propias manos.

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Muchos niños han pasado por el ex COSE tras cometer delitos.

Muchos niños han pasado por el ex COSE tras cometer delitos.

El cuádruple crimen de Las Heras

Probablemente a la mayoría de los mendocinos que se le pregunte sobre un caso de "niño asesino", se le venga a la cabeza el cuádruple crimen en Las Heras. Tenía 13 años para ese 8 de diciembre de 2011. En horas de la tarde, estaba jugando en la casa del vecino, enfrente de su abuela, en el interior del barrio 8 de Mayo.

Allí estaban su amigo Ezequiel, de 10 años, junto a su madre Mónica (48) y sus abuelos Alí Miguel (79) y Sara García (84). Cuando caía la noche, saltó la alarma. Todos habían muerto tras ser apuñalados a sangre fría. Las autoridades policiales llegaron al domicilio. El único sobreviviente era el niño de 13 años que planteó una primera versión: un hombre encapuchado había entrado a la casa, había matado a todos y había huído saltando la medianera.

cuádruple crimen las heras
Las víctimas del cuádruple crimen en Las Heras cometido por un niño de 13 años.

Las víctimas del cuádruple crimen en Las Heras cometido por un niño de 13 años.

Le creyeron. ¿Quién podría sospechar algo distinto? Pero a las pocas horas, las pruebas comenzaron a torcer la balanza hacia una hipótesis que nadie habría imaginado pero que era la verdadera: el múltiple asesino fue el propio menor de edad. Esa olla destapó que el niño arrastraba problemas psiquiátricos y le costaba controlar la ira y la furia. No se sabe qué lo hizo explotar, pero algún motivo encontró para tomar dos cuchillos y matar a su amigo y toda su familia.

Al tener 13 años, era inimputable. La Justicia le declaró la responsabilidad penal del hecho y quedó sujeto a medidas tutelares y familiares. Lo último que se supo del niño es que fue trasladado a otras provincias y que, ahora, ya es un joven de 27 años.

Delincuentes barriales que son niños

Existen sobrados casos que demuestran que en Mendoza hay niños que están expuestos a un contexto de delincuencia, drogas y violencia. Y muchos han pisado fuerte en el camino del hampa. Seguramente todos recordarán al Morocha, uno de los delincuentes más emblemáticos de la historia policial mendocina que murió como manda la ley callejera: en un enfrentamiento con la Policía a mediados de 2003.

matias ceron EL MOROCHA
El Morocha, un niño que se convirtió en un mítico delincuente.

El Morocha, un niño que se convirtió en un mítico delincuente.

Pero antes de ganarse ese apodo, cuando era simplemente Matías Cerón y tenía 12 años, ya conocía sobre robos y consumos de drogas. A esa edad, este niño absorbió como esponja todas las malas conductas que eran frecuentes en el barrio San Martín del oeste de Ciudad, por esa época, una zona más que conflictiva. No había cumplido la mayoría de edad y de hecho ni siquiera tenía 16 años como para ser imputable, cuando los sabuesos policiales ya le endilgaban decenas de robos y hasta varios asesinatos sobre su espalda.

Años después vino Franco Ábrego, conocido popularmente como el Cara Cortada. Cuando era menor de edad inimputable, prefirió ser un soldadito narco antes que un niño. Es decir, el brazo armado de una banda delictiva, en este caso, bajo el ala de la narcotraficante Sandra Yaqui Vargas en los barrios marginales del oeste de Godoy Cruz. Todavía no cumplía los 16 años cuando ya estaba señalado como autor de al menos cuatro crímenes en las inmediaciones del Campo Papa.

Pasó algunos meses alojado en el ex COSE, donde tampoco pasó desapercibido. Protagonizó un motín donde amenazaron a operadores. Ya siendo mayor de edad y libre en las calles, protagonizó otro asesinato. A sus 26 años recibió la primera pena alta en su contra: 16 años de prisión por balear, descuartizar y quemar a un joven que le había "mexicaneado" plata del narcomenudeo.

Franco, "El Cara Cortada", conocido en el Oeste de Godoy Cruz e integrante de los Angelitos de la Yaqui.
El Cara Cortada era un niño cuando ya manipulaba armas de fuego.

El Cara Cortada era un niño cuando ya manipulaba armas de fuego.

Al igual que el Morocha y el Cara Cortada, el Champol fue otro conocido niño asesino que surgió de las entrañas de los barrios marginales del Gran Mendoza. En su caso, criado en las inmediaciones del barrio Lihué de Guaymallén. Hijo de una narcotraficante, al menos desde los 15 años estuvo vinculado a la delincuencia.

Antes de cumplir los 16 años donde una persona puede ser imputada en una causa penal, Ezequiel Champol Flores estaba señalado como el autor de tres crímenes de jóvenes en la zona. Luego de entradas y salidas por el ex COSE, ya con 24 años fue condenado por protagonizar una balacera donde asesinó a un niño de tan sólo 5 años. Le dieron 11 años de prisión y actualmente está purgando su pena en la cárcel.

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El Champol Flores, otro niño asesino surgido de barrios marginales.

El Champol Flores, otro niño asesino surgido de barrios marginales.

Violencia intrafamiliar

En la madrugada del 28 de abril pasado, David Lescano fue acribillado de una docena de puñaladas en una casa ubicada en el barrio Tamarindos II, en Las Heras. La víctima del crimen tenía otra identidad, se hacía llamar Joaquín Soto y vivía en ese lugar junto a su pareja y dos hijos de la mujer de 14 y 16 años.

La primera reconstrucción de la investigación, que todavía está en marcha, apunta a que fueron los niños quienes lo atacaron fatalmente con dos armas blancas caseras. El motivo: defendieron a su madre, cansados de los golpes y maltratos por parte de su padrastro. El mayor de ellos enfrenta un proceso en la Justicia Penal de Menores, mientras que el niño más chico es inimputable debido a su edad.

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