Una mandíbula fósil hallada en Etiopía podría reescribir los orígenes del ser humano. Este descubrimiento, realizado por expertos en arqueología, es extraordinario y arroja nueva luz sobre uno de los grandes misterios de la evolución: el nacimiento del género Homo, al que pertenece la humanidad.

Hasta ahora, el momento exacto y el lugar donde surgió el ser humano seguían siendo objeto de debate entre los científicos. Pero esta nueva evidencia pone el foco en África oriental, hace 2,8 millones de años, y encaja casi a la perfección entre las especies anteriores y las posteriores en la escala evolutiva.

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El fósil humano más antiguo encontrado redibuja el origen de la humanidad

Según un estudio publicado en la revista Science el fósil (una mandíbula inferior conocida como LD-350) fue encontrado en Ledi-Geraru, a solo 19 kilómetros de donde se descubrió el esqueleto de Lucy, la famosa Australopitecus afarensis. Su antigüedad es medio millón de años mayor a la del resto de fósiles conocidos del género Homo, lo que lo convierte en la evidencia más temprana del linaje del ser humano.

La mandíbula presenta una combinación única de rasgos primitivos y modernos, molares más pequeños y alineación dental similar a Homo habilis, pero con una estructura mandibular aún primitiva, similar a Lucy. Este descubrimiento, junto con la reconstrucción digital de otra mandíbula hallada hace décadas, no solo llena vacíos importantes, sino que redefine lo que sabemos sobre el inicio de la humanidad.

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¿Cuál es la implicancia de esto para la humanidad?

El fósil fue hallado en una zona con signos de transformación ecológica importante: de bosques a sabanas. Esto da fuerza a la hipótesis de que las condiciones ambientales extremas jugaron un papel en el surgimiento de características humanas, como una dieta más variada, el uso de herramientas o cambios en la locomoción.

Algunos modelos sugerían que el origen del género Homo se dio en regiones del sur de África. Sin embargo, este hallazgo en Etiopía, cerca de donde se encontró a Lucy, sugiere que el este de África sigue siendo el epicentro más probable de nuestra evolución temprana.