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El desierto que es joya repleta de petróleo: es una de las regiones más deshabitadas de planeta Tierra

Aunque parece un desierto árido, alberga enormes reservas de petróleo que lo convierten en un centro clave de poder energético mundial

Este desierto parece una vasta extensión de arena sin vida. Sin embargo, bajo su superficie árida se esconde vastas cantidades de petróleo, convirtiéndose en el corazón energético del planeta Tierra

Su importancia comenzó a consolidarse a principios del siglo XX, cuando se descubrieron enormes reservas de petróleo y gas bajo sus dunas. Desde entonces, el desierto dejó de ser un espacio inhóspito para transformarse en un símbolo de riqueza y poder. Te contamos de qué desierto se trata.

Desierto de arabia (1)

El desierto que es joya repleta de petróleo: es una de las regiones más deshabitadas de planeta Tierra

Este inmenso desierto abarca gran parte de Arabia Saudita, así como zonas de Omán, Yemen, Jordania, Irak y Emiratos Árabes Unidos, es el corazón energético del mundo moderno. Arabia Saudita, por ejemplo, posee cerca del 17% de las reservas mundiales de petróleo, lo que le ha permitido convertirse en el mayor exportador del mundo y en un actor decisivo dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Este dominio energético ha otorgado a la región un peso geopolítico colosal. Los países occidentales, especialmente Estados Unidos y las potencias europeas, mantienen relaciones estratégicas con las monarquías del Golfo debido a su dependencia del crudo. El control del precio del petróleo, los acuerdos de producción y las tensiones en el mercado energético global suelen tener su epicentro en este desierto.

Desierto de arabia (2)

Más allá del petróleo, la importancia de este desierto

Pero su relevancia no se limita a los recursos naturales. El Desierto de Arabia también representa un territorio estratégico en términos militares y religiosos. En él se ubican las ciudades sagradas del islam, La Meca y Medina, lo que convierte a Arabia Saudita en el epicentro espiritual del mundo musulmán.

Además, la posición geográfica de este desierto, entre Asia, África y Europa, lo convierte en un punto clave para las rutas comerciales y marítimas, especialmente las que conectan el Golfo Pérsico con el Mar Rojo y el Canal de Suez.

A nivel político, el control de este territorio ha permitido a Arabia Saudita ejercer una influencia determinante en la región de Oriente Medio, financiando alianzas, influyendo en conflictos y consolidando su liderazgo frente a rivales como Irán.

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