El árbol más antiguo de la historia, resiste a la sequía y da un codiciado fruto
Uno de los ejemplos más destacados en el Mediterráneo es la oliva, y el árbol que la produce, el olivo milenario, considerado uno de los árboles más longevos del mundo. Algunos olivos en regiones como Andalucía, Grecia o Sicilia superan los 2.000 años de edad, y continúan dando frutos de manera regular.
Este árbol no solo aporta alimento y aceite, sino que se ha convertido en un pilar económico, ya que el aceite de oliva es uno de los productos más exportados y reconocidos de la cuenca mediterránea.
¿Cómo es este árbol?
Este árbol se caracteriza por:
- Longevidad extraordinaria: algunos ejemplares superan los 2.000 años, lo que los convierte en testigos vivos de la historia y en símbolos culturales de la región mediterránea.
- Producción de frutos: aunque su tamaño y forma pueden ser irregulares, estos olivos siguen produciendo aceitunas, que son utilizadas tanto para consumo directo como para la extracción de aceite de oliva virgen extra, un producto altamente valorado a nivel mundial.
- Resistencia ambiental: estos árboles milenarios toleran suelos pobres, sequías prolongadas y cambios climáticos, lo que explica su supervivencia durante siglos en zonas áridas y montañosas del Mediterráneo.
- Importancia económica: el aceite de oliva que producen estos árboles es uno de los productos más exportados de la región, contribuyendo significativamente a la economía de países como España, Italia y Grecia.
- Valor cultural y patrimonial: más allá de su función económica, estos árboles son símbolos de tradición, identidad y sostenibilidad. Muchas comunidades los protegen como patrimonio natural y cultural, utilizándolos también como atractivo turístico y educativo.