Sin embargo, no todo fue fácil de tomar. Algunos tesoros fueron escondidos por los incas, enterrados en cuevas o escondites secretos para que no cayeran en manos extranjeras. Por eso, hasta hoy hay historias y leyendas sobre tesoros perdidos que alimentan la imaginación y despiertan la curiosidad.
El oro inca pasó de ser un símbolo sagrado a ser un botín saqueado y fundido, desapareciendo de las tierras que una vez brillaron con su luz. Pero su historia sigue viva, recordándonos el choque brutal entre dos mundos y el valor más allá del metal: la cultura y la memoria.
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¿Dónde se escondió el último tesoro de los Incas según la historia colonial?
Según diversas crónicas coloniales y relatos de testigos de la época, el último tesoro de los Incas fue ocultado en la zona selvática de Vilcabamba, en la actual región de Cusco, Perú. Este lugar fue el último bastión del Imperio Inca, donde los descendientes de los soberanos resistieron la conquista durante varias décadas. Allí, Manco Inca y sus sucesores habrían ordenado esconder enormes cantidades de oro y plata, parte del rescate que nunca llegó a entregarse por la vida de Atahualpa, y otras riquezas del imperio.
Vilcabamba es un hallazgo reciente, por lo que sus misterios aún no son totalmente develados. Los muros de eta ciudad no tienen la calidad de otros sitios como Machu Picchu. Sin embargo, conservan intacta la técnica inca. Los invasores españoles imaginaron grandes riquezas de oro y plata llevadas a Vilcabamba. Ellos creían que los incas escondían importantes sumas de oro traídas luego de la conquista del Cusco. Expertos en historia no encontraron el oro que señalaban los españoles. Sin embargo, recientemente se halló los restos de una tumba real de la cultura pre-inca "Wari"