En lo que respecta a los pies, es fundamental tener una buena rutina para evitar malos olores y posibles dolores que se deben a las malas formaciones. Siguiendo la rutina que se muestra a continuación, no solo evitarás todo esto, sino que tampoco tendrás las uñas amarillas:
- Limpieza diaria: lava tus pies con jabón neutro y agua tibia, prestando especial atención a las uñas. Usa un cepillo de cerdas suaves para eliminar suciedad acumulada.
- Secado completo: asegúrate de secar bien tus pies, especialmente entre los dedos, para evitar la proliferación de hongos.
- Corta las uñas en forma recta: corta las uñas de forma recta, evitando redondear las esquinas. Esto reduce el riesgo de que las esquinas se claven en la piel.
- Limpia tus herramientas: usa tijeras o alicates de uñas desinfectados. Limpia las herramientas antes y después de cada uso con alcohol.
- Limado: lima suavemente los bordes para evitar bordes, filosos o irregularidades que puedan engancharse en la ropa o dañar la piel.
- Calzado adecuado: opta por zapatos transpirables y evita el uso prolongado de calzado húmedo o ajustado.
- Medias limpias: usa medias de algodón y cámbialas diariamente.
- Desinfección: si frecuentas piscinas o gimnasios, limpia tus pies con productos antifúngicos y usa calzado protector como sandalias de goma.
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Dile adiós a las uñas amarillas: la rutina que debes seguir para que estén lindas y saludables
Si hasta incluso siguiendo esta rutina notas algún problema en tus uñas, lo recomendable es que visites y te contactes con un profesional. Los expertos pueden tratar afecciones más complejas y ofrecer tratamientos especializados.
Tratamientos para las uñas amarillas
- Si las uñas están amarillas por esmalte, se puede quitar el esmalte y pulirlas.
- Se pueden remojar las uñas en una mezcla de jugo de limón y agua o peróxido de hidrógeno y bicarbonato de sodio.
- Se pueden aplicar remedios caseros como jugo de limón, bicarbonato y agua oxigenada, vinagre blanco o de manzana, o aceite de árbol de té.