Un grupo de científicos franceses y australianos han realizado un particular descubrimiento en el sur del país oceánico. Las conclusiones del mismo fueron publicadas en la revista Earth & Planetary Science Letters, en una investigación a la que puedes acceder a continuación.
Descubrimiento histórico: Los fragmentos de vidrio de un asteroide de 11 millones de años
Además de la revelación, este descubrimiento sembró miles de dudas en los científicos, quienes se preguntan por el cráter del impacto
El hallazgo trata de diminutos fragmentos de vidrio formados por un impacto de asteroide ocurrido hace 11 millones de años. Por ahora, no hay señales del cráter del mismo.
Las tecitas del asteroide en cuestión.
Un descubrimiento asombroso
Este descubrimiento le permite a los investigadores reescribir parte de la historia geológica del planeta, al mismo tiempo que revela un evento de impacto del que no se tenía registro alguno.
El estudio confirmó que las pequeñas piezas de vidrio, denominadas ananguitas, surgieron tras un choque ocurrido hace unos 11 millones de años. Justamente, estos elementos presentan una composición química completamente distinta a cualquier otro vidrio de impacto encontrado hasta ahora.
“Estos vidrios son exclusivos de Australia y han registrado un antiguo evento de impacto del que ni siquiera sabíamos”, reveló uno de los autores del descubrimiento.
No hay registro del cráter de este asteroide, y los científicos creen que podría haber desaparecido.
Sin embargo, el descubrimiento ha abierto un nuevo interrogante. Pese a que la energía del impacto debió ser colosal, no se ha encontrado ningún cráter asociado. Ahora, será tarea de los mismos investigadores encontrarlo.
La hipótesis principal señala que el cráter de este asteroide pudo quedar enterrado o haber sido alterado por la intensa meteorización y la aridez progresiva del centro australiano desde hace más de 30 millones de años.
El resultado de décadas de investigación
Este descubrimiento fue posible gracias a la revisión de estudios realizados décadas atrás. En 1969, investigadores de la NASA habían analizado más de 500 muestras de tectitas australianas y notaron que ocho de ellas no encajaban con el resto.
Ahora, este equipo de científicos fue el que siguió la pista, comparando las descripciones químicas antiguas con los restos actuales. Allí encontraron seis nuevas muestras que coincidían con las anomalías detectadas en los años sesenta.
Este patrón químico permitió concluir que las ananguitas se formaron en una zona de la corteza terrestre distinta a la del impacto que dio origen a las tectitas australianas. A la hora de establecer la edad, el resultado fue sorprendente: el asteroide impactó hace 11 millones de años.






