La comunidad científica ha catalogado durante décadas a los cuerpos más distantes de nuestro vecindario cósmico bajo la etiqueta de "gigantes de hielo". Sin embargo, un reciente descubrimiento publicado en la revista Astronomy & Astrophysics sugiere que esta denominación podría ser inexacta. Investigadores de la Universidad de Zúrich plantean que los núcleos de Urano y Neptuno podrían contener mucha menos agua congelada y una cantidad de roca significativamente mayor a la estimada previamente.
Descubrimiento en el sistema solar podría cambiar la naturaleza de dos planetas
Un nuevo estudio computacional presenta un descubrimiento sobre la composición interna de Urano y Neptuno que desafía su clasificación histórica.
Estos planetas masivos orbitan en los límites exteriores, donde las temperaturas extremas provocan la condensación de elementos como el hidrógeno y el helio. La teoría convencional sostenía que estas condiciones daban lugar a núcleos formados por hielo comprimido. El trabajo de Luca Morf y Ravit Helled cuestiona esta simplicidad y propone que la comprensión actual de sus estructuras internas es insuficiente.
El descubrimiento y sus implicancias en los modelos teóricos
Para llegar a estas conclusiones, los científicos desarrollaron una modelización híbrida compleja. Los enfoques previos solían basarse exclusivamente en la física teórica, lo cual requiere muchas suposiciones, o bien en observaciones directas que a menudo resultan demasiado simples. Al combinar ambas metodologías, el equipo logró generar proyecciones sobre la densidad y la gravedad que resultan físicamente consistentes y libres de sesgos estadísticos.
El análisis generó ocho escenarios posibles para la configuración interna de estos cuerpos celestes. Los resultados mostraron que tres de los modelos más viables presentaban una proporción de roca mucho mayor que la de agua. Esto indica que el interior de estos planetas no se limita a capas de hielo, abriendo la puerta a una reclasificación teórica hacia el concepto de "gigantes de roca".
Incógnitas magnéticas en el sistema solar
Más allá de la composición rocosa, el estudio ofrece explicaciones plausibles sobre los extraños campos magnéticos que caracterizan a estos orbes. Los modelos sugieren la existencia de regiones convectivas donde el agua existe en fase iónica debido a las altas presiones y temperaturas. La ruptura de las moléculas en estas capas profundas podría ser la fuente de los campos magnéticos multipolares que diferencian a Urano y Neptuno de otros cuerpos del sistema solar.
A pesar del avance que representa este descubrimiento, los autores admiten que gran parte de la información disponible todavía depende de los datos recolectados por la sonda Voyager 2 en los años ochenta. La validación definitiva de si estos mundos son gigantes de hielo o de roca requerirá futuras misiones espaciales dedicadas, capaces de analizar in situ la verdadera naturaleza de la periferia del sistema solar.





