Un descubrimiento llamativo
El fósil fue hallado en la Formación Rosa Blanca, una unidad geológica del valanginiano tardío, y su estudio ha permitido a los científicos reconstruir aspectos clave de los ecosistemas marinos.
Los pliosáuridos eran reptiles que se alimentaban de una amplia variedad de presas, incluyendo peces, tortugas marinas, tiburones hibodóntidos, ictiosaurios y plesiosaurios de menor tamaño, representando el máximo de la cadena alimenticia.
Como explican los paleontólogos, este papel hacía que sean reptiles útiles para equilibrar el ecosistema marino del período Cretácico temprano. Por sus formas, este reptil es emparentado con el mítico monstruo del lago Ness.
La investigación fue aceptada para su publicación en la revista científica Cretaceous Research, una de las más reconocidas en el ámbito de la paleontología, lo que refuerza la validez y el alcance internacional del descubrimiento.
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El descubrimiento en cuestión permanece bajo custodia.
Actualmente, la vértebra fósil protagonista de este descubrimiento permanece bajo custodia en la colección paleontológica de la Universidad del Rosario, en Bogotá.
El hallazgo que cambia el saber científico
Hasta este descubrimiento, los registros más antiguos de pliosáuridos en Colombia provenían de Villa de Leyva, Boyacá, con una antigüedad cercana a los 115 millones de años.
En consecuencia de este, se extiende la distribución geográfica de estos reptiles en el norte de Gondwana, el antiguo supercontinente del que Sudamérica formaba parte.
Como conclusión, hay que decir que este descubrimiento redefine la cronología de los grandes depredadores marinos en Colombia y ofrece nuevas perspectivas sobre la diversidad y evolución de los pliosáuridos, sorprendiendo a los paleontólogos y especialistas.