El mundo se enfrenta a veranos cada vez más largos y peligrosos, y justo ahora, dos mentes brillantes nos regalan un descubrimiento que suena a ciencia ficción. Se trata de un sistema de módulos de ladrillos apilables que ofrece pequeños refugios con aire más seguro y fresco en plazas, paradas de autobús y patios escolares durante esos días de bochorno sofocante. La clave aquí es que no necesita electricidad de la red, algo verdaderamente notable.
Descubrimiento asombroso: el ladrillo que promete acabar con el calor en las ciudades
Un par de jóvenes diseñadores creó un sistema modular de terracota que enfría el aire, un descubrimiento con muchas aplicaciones
Este concepto, al que bautizaron "bloc°", nació en Suiza como una respuesta directa a las olas de calor intenso que azotan muchas ciudades hoy. Su objetivo es sencillo pero vital: proteger a la gente que, por obligación o necesidad, debe pasar tiempo al aire libre, ya sea para trabajar, trasladarse o simplemente esperar, incluso cuando las temperaturas se vuelven insoportables. El proyecto se enfoca en quienes están más expuestos.
¿Por qué el calor urbano nos agobia tanto?
Este trabajo innovador surgió del programa de diseño industrial de la Universidad de las Artes de Zúrich (ZHDK), en Suiza. Allí, los estudiantes se dedican a explorar soluciones de adaptación climática, buscando maneras de reducir los efectos dañinos del cambio climático. Los profesores impulsan a los equipos a repensar los objetos cotidianos de la ciudad para que nos cuiden durante un clima que es más húmedo o, francamente, más impredecible.
Los datos satelitales confirman lo que ya sentimos en la piel: en verano, las superficies de las ciudades suelen estar entre 10 y 15 grados Celsius más calientes que las zonas rurales cercanas. Esto pasa porque los tejados oscuros, el asfalto y la falta de árboles absorben el calor y luego lo irradian directamente sobre la gente, especialmente en lugares de espera como las paradas de autobús. Los científicos llaman a este fenómeno el efecto de "isla de calor urbano", una burbuja de temperatura más alta en toda la ciudad creada por estas superficies duras que absorben el sol.
Cuando el calor aprieta de verdad, estas islas térmicas mantienen las noches peligrosamente cálidas. Nuestros cuerpos y edificios no consiguen enfriarse. Una estimación global relaciona cientos de miles de muertes cada año con la exposición al calor, sobre todo en Europa y Asia. Investigaciones recientes en Estados Unidos señalan que el calor extremo se convirtió en la principal causa de muerte vinculada al clima, superando a inundaciones y tormentas.
El bloc°: un descubrimiento fresco que copia a la naturaleza
Fueron dos estudiantes de diseño industrial quienes transformaron este enorme problema urbano en una solución compacta. Crearon bloc°, una estructura modular basada en ladrillo pensada para aceras y plazas. El diseño utiliza terracota impresa en 3D, una arcilla cocida porosa que absorbe el agua de forma natural, para formar la cáscara externa de cada unidad de enfriamiento. Es un invento simple pero genial.
En el interior de cada unidad, el aire caliente viaja por canales de arcilla húmeda. Mientras, un pequeño ventilador, alimentado por energía solar, hace que el agua circule por el ladrillo. Este proceso se conoce como enfriamiento por evaporación: el agua se transforma en vapor y se lleva el calor, permitiendo que el proyecto bloc° enfríe el aire hasta 9 grados Celsius, según las pruebas. El agua gotea por el interior desde un pequeño depósito que se puede rellenar con tuberías de la ciudad o captando la lluvia en la superficie superior esculpida.
El equipo considera a bloc° un enfoque de enfriamiento pasivo, o sea, que se basa mayormente en procesos naturales y no en acondicionadores de aire mecánicos que consumen muchísima energía. Como cada unidad se puede usar sola o apilarse para formar muros o grupos, bloc° se comporta como un sistema modular; son piezas que se repiten y se combinan de muchas maneras. Diferentes ciudades podrían usar estos ladrillos junto a refugios de autobús, alrededor de bancos o cerca de entradas escolares, poniéndolos donde la gente más necesite alivio del calor.
El invento de la refrigeración con ladrillo de terracota toma prestadas ideas de las neveras tradicionales de olla de barro, esas que funcionan sin electricidad para conservar alimentos en regiones cálidas. Un informe de campo describe cómo estos sistemas mantienen el aire interior cerca de 10 grados Celsius por debajo de la temperatura ambiente, ayudando a que las frutas y verduras duren más. Bloc° bebe de esa tradición y de patrones naturales que se ven en cactus y montículos de termitas. El proyecto explica que estos sistemas biomiméticos muestran cómo el diseño puede trabajar con la naturaleza para enfriar el aire mediante evaporación y auto-sombreado.






