La expresión popular “te pusiste la gorra” se usa a diario en la Argentina para describir un tipo de actitud muy particular. Hoy te contamos qué significa esta frase, su origen y por qué sigue tan vigente en el lenguaje cotidiano.
La expresión popular “te pusiste la gorra” se usa a diario en la Argentina para describir un tipo de actitud muy particular. Hoy te contamos qué significa esta frase, su origen y por qué sigue tan vigente en el lenguaje cotidiano.
La lengua española está llena de dichos y refranes que usamos a diario sin pensar demasiado en su procedencia. Uno de ellos es "ponerse la gorra" una expresión que suele utilizarse normalmente en la cotidianidad.
Los argentinos replicamos lo que escuchamos y muchas veces lo decimos sin saber el significado o porque lo dicen los demás y claro, no nos ponemos a buscar qué significa. Así que en esta sección de "cultura argentina" si se puede decir, te ahorramos el trabajo y te contamos todo sobre esta popular frase que usamos y de paso, apropiamos.
Si hay algo que no nos gusta a los argentinos son las actitudes autoritarias, en especial, cuando provienen de los otros. Por eso, cuando alguien se pone demasiado formal o quiere prohibirnos algo, le pedimos que “no se ponga la gorra”. ¿Qué gorra? ¿De qué estamos hablando?
Es muy sencillo: de la típica gorra de la policía. Como “no seas policía” no quedaba muy bien, los argentinos elegimos la metáfora. Otra variante es decirle a alguien que tiene “la marca de la gorra”, que hace referencia al bronceado de los policías en verano, que, al usar la gorra todo el tiempo, les deja una marca en el medio de la frente.
La expresión puede usarse en ámbitos cotidianos e informales para describir a alguien que vigila o interviene donde no debería, actuando como “policía” del grupo.
El origen de la frase se remonta a la policía argentina de mediados del siglo XX, cuando los oficiales usaban gorras distintivas como parte de su uniforme. Por eso, la gorra se convirtió en un símbolo de autoridad y control.
Así, la frase empezó a aplicarse de manera figurada a cualquier persona que asumiera un rol de vigilante, controlador o delator, incluso fuera del contexto policial.
Con el tiempo, se incorporó a la cultura popular, el tango y la jerga urbana, manteniendo su connotación de autoridad o “policía del grupo”.