El Ginkgo biloba, una de las plantas medicinales más antiguas del mundo, ha captado la atención de la ciencia moderna por sus potentes efectos sobre la circulación sanguínea. Originario de China y utilizado desde hace más de 2.000 años, este árbol sagrado se perfila como un aliado natural para aliviar las várices y reducir la formación de coágulos sanguíneos.
Qué es esta planta y cómo actúa sobre las várices y los coágulos
El Ginkgo biloba proviene de un árbol considerado un “fósil viviente” que ha sobrevivido desde la era de los dinosaurios. Sus hojas contienen flavonoides y terpenoides, compuestos que ejercen un efecto antioxidante, antiinflamatorio y vasodilatador.
Gracias a estas propiedades, esta planta ha sido utilizada tradicionalmente en la medicina china para tratar problemas circulatorios y neurológicos. Diversos estudios científicos han evaluado el potencial del Ginkgo biloba en el tratamiento de trastornos venosos y circulatorios.
Entre sus principales efectos destacan:
- Mejora la circulación venosa
- El Ginkgo biloba estimula el flujo sanguíneo, especialmente en las extremidades. Esto puede ayudar a disminuir la hinchazón, el dolor y la sensación de pesadez que provocan las várices.
- Desinflama los vasos sanguíneos
- Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, esta planta reduce la inflamación de las venas afectadas por insuficiencia venosa crónica, lo que contribuye a una mejor oxigenación de los tejidos.
- Disminuye el riesgo de coágulos
- Sus compuestos activos actúan como vasodilatadores y pueden inhibir la agregación plaquetaria, lo que ayuda a prevenir la formación de trombos y mejora la fluidez de la sangre.
La ciencia respalda los efectos positivos del Ginkgo biloba sobre la microcirculación. Se ha observado una mejora en la viscosidad sanguínea y una reducción del edema en pacientes con problemas venosos leves a moderados. No obstante, los expertos recomiendan su uso como complemento y no como sustituto de tratamientos médicos convencionales.
Precauciones y contraindicaciones
Aunque se considera una planta segura cuando se consume en dosis adecuadas, el Ginkgo biloba puede interactuar con medicamentos anticoagulantes, antiplaquetarios y antiepilépticos. Por ello, se recomienda consultar a un profesional de salud antes de iniciar su consumo, especialmente si la persona toma medicación o padece alguna condición médica.
El Ginkgo biloba se comercializa en cápsulas, extractos líquidos y tés. La dosis habitual oscila entre 120 mg y 240 mg al día, dividida en dos o tres tomas. Su efecto puede comenzar a notarse después de varias semanas de uso continuo.
El Ginkgo biloba no solo sobrevive al paso del tiempo como especie vegetal, sino también como un recurso medicinal que sigue ofreciendo soluciones a problemas de salud. Su acción sobre las várices y la prevención de coágulos convierte a esta planta milenaria en una opción valiosa dentro del enfoque natural para mejorar la circulación.