Estas piedras que no solo aportan un toque natural y elegante, sino que además cumplen una función práctica: ayudan a evitar las malezas, conservar la humedad del suelo y mantener el jardín impecable todo el año.
Cuál es el tipo de piedra ideal para el jardín
El tipo de piedra ideal para el jardín es la piedra de río o piedra canto rodado. Su forma redondeada y superficie lisa la hacen perfecta para cubrir el suelo sin dañar las raíces de las plantas.
Además, si las usas como cobertura, actuarán como una barrera contra las malas hierbas, impidiendo que crezcan y compitan con otras plantas por nutrientes.
Las piedras decorativas ofrecen una forma sencilla y efectiva de transformar cualquier jardín en un espacio lleno de carácter y estilo.
Su principal ventaja es que son duraderas, no se degradan con el paso del tiempo y soportan todo tipo de clima, desde el calor intenso hasta las lluvias o heladas.
Otro beneficio clave de las piedras es que ayudan a conservar la humedad del suelo, especialmente cuando hay días muy calurosos. Al colocarlas sobre la tierra, reducen la evaporación del agua, lo que significa menos riego y un jardín más sustentable.
Así mismo, protegen las raíces del sol directo, manteniendo una temperatura estable en el suelo, lo que favorece el crecimiento saludable de las plantas.
Las piedras de río se consiguen en tonos blancos, grises, beige y marrones, lo que permite combinarlas fácilmente con cualquier tipo de planta o diseño. Se pueden usar para delimitar caminos, rodear macetas, decorar estanques o crear contrastes visuales con el césped y las flores.
Las piedras no solo embellecen el paisaje, sino que también cumplen una función práctica en el cuidado de las plantas.
Si buscás un acabado más moderno, también podés optar por piedra volcánica o grava negra, que aportan textura y un estilo contemporáneo.
Cómo correctamente las piedras en tu jardín
Lo cierto es que elegir el tipo de piedra adecuado depende del estilo que deseas lograr, el clima y el uso que planeas darle a tu jardín. Aunque como ya dijimos, también cumplen una función práctica. Para que cumplan su función debes seguir estos pasos:
- Retirá las malezas y nivelá el terreno.
- Colocá una malla antihierbas o geotextil para reforzar la protección.
- Distribuí las piedras en una capa uniforme de 3 a 5 centímetros de espesor.
- Mantené un borde o marco para que las piedras no se dispersen con el tiempo.
Con estos simples pasos, tu jardín no solo se verá más limpio y ordenado, sino también más fresco y con menor mantenimiento.






