En un paisaje tropical bañado por la luz suave del Caribe mexicano, específicamente en la isla de Cozumel y en el atolón de Banco Chinchorro, vivían hasta hace poco simples poblaciones de cocodrilos americanos (Crocodylus acutus). Sin embargo, científicos confirmaron que no es así.
Cocodrilos en una isla del Caribe se adaptaron y evolucionaron como "nuevas especies"
El descubrimiento de este cocodrilo revela el poder de la evolución en entornos aislados y la importancia de proteger ecosistemas tan frágiles como los manglares, lagunas y atolones del Caribe
Un equipo de investigadores de la Universidad McGill, junto con científicos mexicanos, analizó muestras genéticas y la morfología craneal de cocodrilos tanto de Cozumel como de Banco Chinchorro. Compararon estas poblaciones con otros cocodrilos del continente y descubrieron que las de las islas ya no eran solo variaciones de C. acutus: eran líneas genéticas claramente distintas, con anatomías propias.
Cocodrilos en una isla del Caribe se adaptaron y evolucionaron como "nuevas especies"
Las condiciones de las islas , aislamiento, corrientes marinas que dificultan el intercambio genético, y ecosistemas únicos de manglares y lagunas, favorecieron que estas poblaciones de cocodrilos se apartaran desde hace miles de años de sus congéneres continentales. El estudio indica que el proceso de aislamiento comenzó hace más de 11.000 años, al final de la última era glacial, cuando el aumento del nivel del mar separó estas tierras del continente.
En Banco Chinchorro los cocodrilos parecen estar adaptados a entornos de alta salinidad, mientras que en Cozumel muestran rasgos craneales más alargados, posiblemente relacionados con su dieta o el tipo de hábitat. Estas diferencias, junto con el aislamiento geográfico, llevaron a su evolución como especies separadas.
Este descubrimiento es esencial ya que demuestra que la diversidad biológica del Caribe mexicano estaba subestimada: se ocultaban dos especies donde se pensaba que solo existía una. Así mismo las poblaciones son reducidas, con menos de mil individuos reproductores por isla, lo que las vuelve vulnerables a la pérdida de hábitat y al cambio climático.
¿Cómo fue el cambio evolutivo de estos cocodrilos?
El cambio evolutivo no fue solo genético, sino también físico: los investigadores detectaron diferencias
- en la forma del cráneo
- el número de escamas
- la estructura corporal
En Banco Chinchorro se encontró un mayor número de escamas occipitales y nucales, mientras que en Cozumel las escamas caudales eran más irregulares, una adaptación que podría estar relacionada con su entorno más denso y limitado.
La presión del desarrollo costero y del turismo amenaza estos espacios que albergan formas de vida únicas en el planeta. Para los que viven o visitan la región, es un recordatorio de que no todo lo que parece igual lo es. Un cocodrilo en Cozumel o en Banco Chinchorro podría ser una especie endémica con su propia historia evolutiva y un papel irremplazable en el equilibrio del ecosistema.