patricio tiene autismo inundado el algarrobal
Patricio tiene autismo. Sus padres y tres hermanos fueron autoevacuados este domingo. Previamente, intentaron quitar agua del comedor.
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El esfuerzo y la resignación atraviesan cada una de sus frases. “Es muy mucha agua la que ha caído, muy mucha”, repite.
Embed - En El Algarrobal numerosas viviendas sufren los efectos de la lluvia
Hoy Fernanda pide ayuda para poder enfrentar este momento. Quienes deseen colaborar con ella y su familia pueden hacerlo a través de su alias: Fer.perez.89
“Con mis cinco hijos y mi hermana no tenemos dónde estar”
A pocos kilómetros de allí, en el asentamiento Buena Nueva de Guaymallén, otra Fernanda atravesaba el mismo infierno. Fernanda Lucero vive en una humilde casa de ladrillo y barro, con una sola habitación y un pequeño comedor. Este domingo, tras la tormenta, la vivienda se inundó por completo y la obligó a resguardar a su familia como pudo.
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Los hijitos de Fernanda Lucero, en Buena Nueva, arropados para mitigar el frío.
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“Mi casa es de ladrillo y barro. Tiene una sola habitación y un comedor. Se me inundó todo. Estoy con mis cinco hijos menores y mi hermana menor, y no tenemos dónde estar”, alcanzó a decir antes de que se le apagara el celular por falta de batería.
Fernanda es madre de cinco chicos de 17, 15, 11, 8 y 3 años. Todos conviven bajo el mismo techo junto a su hermana menor. Cuando la lluvia se intensificó y el agua comenzó a filtrarse, la familia quedó atrapada en un espacio reducido, frío y húmedo.
Fernanda Lucero pidió a quienes puedan colaborar, lo hagan a través de su alias de Mercado Pago: Fer.lucero.94.
Embed - El agua que cae sin cesar en una precaria vivienda de Buena Nueva
Santa Rosa golpeó con fuerza en Mendoza
Los relatos de Fernanda Pérez y Fernanda Lucero no son casos aislados, sino la postal de lo que dejó la tormenta de Santa Rosa en Mendoza. Este fenómeno, que según la tradición popular ocurre cada 30 de agosto, suele traer lluvias y tormentas eléctricas en gran parte del país. Pero este año llegó con una fuerza inusual.
Durante gran parte del sábado y la madrugada del domingo, intensas precipitaciones y ráfagas de viento afectaron al Gran Mendoza y el interior. En varios departamentos -especialmente Las Heras, Guaymallén, Godoy Cruz y Lavalle-* se registraron calles anegadas, viviendas precarias inundadas, cortes de luz y caída de árboles.
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En la zona más carenciada de Buena Nueva, en Guaymallén, mucha gente quedó anegada, con barro y humedad.
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A las 11 de la mañana, la lluvia se transformó en aguanieve y la temperatura descendió drásticamente, lo que agravó el panorama de quienes ya habían perdido casi todo. Defensa Civil informó que recibió más de un centenar de llamados de emergencia, principalmente por anegamientos y riesgos eléctricos.
Para muchas familias, la tormenta no fue sólo un evento climático, sino la confirmación de la vulnerabilidad en la que viven a diario. Casas sin impermeabilización, techos sin membrana, paredes de barro que no resisten, patios que se convierten en ríos: el temporal desnuda la fragilidad de la vida en los barrios más humildes.