Historia de vida

Alicia Barroso, la maestra de La Paz que sueña con "un pueblo de escritores"

La docente de un colegio primario de Desaguadero publica libros con los cuentos que escriben sus alumnos y sueña con "ir sembrando escritores"

Si buscamos en la RAE la definición de "escribir" aparece "representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie". En tanto si buscamos qué significa "leer" entre las acepciones marca que es "pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados" o bien "entender o interpretar un texto de determinado modo". Ninguna de estas engloba la palabra sueño, juego, fantasía, aprendizaje o enseñanza.

Es que cualquiera de esas cinco palabras podría encuadrarse en lo que realmente significa para mucha gente el leer o escribir. Ya sea un cuento, poesía o cualquier razón suficiente para que la imaginación haga de las suyas y se refleje en un trazo.

Entre esas personas que soñaron, imaginaron y jugaron para luego enseñarles a otros esta pasión por la escritura está Alicia Barroso. Nacida hace 45 años en un pueblito cercano a La Paz, en el este mendocino, Alicia soñó de pequeña, quizás de manera inconsciente, que esa lectura, completada por su imaginación, hoy la llevaría a ir "sembrando escritores".

Al decir "esa lectura, completada por su imaginación" es simplemente recordar cuando de niña leía los recortes que hacía su abuelo de revistas o diarios para el aseo personal. Las frases estaban cortadas y la pequeña Alicia las completaba imaginando y jugando con el continuar de la oración.

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Hoy es maestra de grado y está a cargo del área de Lengua y Ciencias Naturales de la Escuela 8-417 "Rubén Darío" en Desaguadero. Este es el único establecimiento que tiene colegio primario de la zona por lo que todos los niños de 6to y 7mo grado pasan por su aula. Actualmente tiene 44 alumnos con quienes está trabajando en un nuevo libro, el tercero en su haber.

Alicia, la cuarta entre seis hermanos, se crió en Las Chacritas con su familia y con la marcada presencia de su abuelo Severo Barroso. Él, probablemente sin quererlo, fue el que inició su sueño de la lectura y escritura. "Nací del otro lado del Río Tunuyán, en un lugar inhóspito donde no había libros sino recuerdos. Mi abuelo, que no sabía leer, me narraba sus historias y eso me ayudó mucho. Mi imaginación volaba al escucharlo", rememora Alicia que también recuerda la lectura de una maestra en el colegio primario de "Hansel y Gretel": "fue brillante, me encantó".

Si bien se casó con Nelson sin haber terminado el secundario, por no poder pagar las fotocopias, ella siguió insistiendo, lo terminó y luego "apareció una ayuda mágica". "Mi cuñada Rosario me dijo que estudie para algo que me iba a pagar todos los años. Decidí anotarme en el Instituto Fidel Amparán (San Martín), e hice un terciario de maestra de grado", recuerda Alicia quien se recibió hace unos 15 años y luego hizo una especialización en educación rural.

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Algunos años después, alrededor del 2010, ella empezó a escribir algunos cuentos e historias propias. Si bien no ha publicado nada con su firma, sí se ha dedicado a que sus alumnos puedan cumplir su sueño. Es que Alicia lleva consigo la publicación de dos libros: "Palabras que dicen I" (2019) y "Palabras que dicen II" (2020), ambos narran en su interior distintos cuentos de sus alumnos.

"Estamos trabajando en "Palabras que dicen III", la idea es publicar al menos tres cuentos de cada alumno en octubre o noviembre de este año", adelantó la soñadora que agradece a Oscar Quiroga, quien financia la publicación de esos libros.

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"Lo conocí en una plaza y me contó que le gustaba la poesía y que era hijo del director de una Escuela Rural de La Paz. Intercambiamos teléfonos y él se vuelve a Estados Unidos con su esposa. Me trasladé a esa escuela y le dije que me daba mucha tristeza que no haya libros. Él empezó a comprar mobiliarios y financió los primeros dos tomos. Es algo privado de él en honor a su padre. Se les entrega uno a cada familia de los niños y quedan algunos en las escuelas", relata Alicia con un tono de alegría y emoción marcado. Esta iniciativa de los libros fue nombrado de interés departamental por el Concejo Deliberante de La Paz.

Si bien hoy tiene 44 alumnos, ya son más de cien los chicos que pasaron por sus clases y que empezaron a soñar. "Al leerles los libros, los cuentos con mucha pasión y los niños se quedan como locos y les encanta. Mi sueño sería que sea un pueblo de escritores, ando sembrando escritores", anhela Alicia que cuenta, muy orgullosa, que muchos de esos alumnos han continuado escribiendo y le mandan esos escritos a ella.

La lejanía y humildad hacen que tanto ella en su vida personal como también en la escuela no sea tan sencillo tener al alcance un libro. "Hemos hecho muchas colectas de libros entre los barrios, pero no es fácil aunque mi sueño es ir por la vida captando escritores. Siempre que voy a Mendoza paso y compro algunos libros para traerme a La Paz, pero son caros y a veces me cuesta", cuenta Alicia sin perder las esperanzas de poder lograr su sueño: "que sea un pueblo de escritores".

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