El pan pita, también conocido como pan árabe, es una de las recetas más populares del Medio Oriente que conquistó el mundo gracias a su versatilidad y sabor único. Este pan plano, de forma redonda y textura suave, se utiliza para preparar sándwiches, acompañar con hummus casero, o incluso disfrutar con mermeladas y cremas dulces.
Preparar pan pita casero es mucho más sencillo de lo que parece. Solo necesitas cinco ingredientes básicos y seguir algunos trucos para lograr que conserve su suavidad sin volverse crocante. Con esta receta podrás obtener un pan tierno, flexible y con el clásico bolsillo interior que lo hace perfecto para rellenar.
Además, puedes hornearlo o cocinarlo en sartén, según prefieras, y guardarlo en el congelador para tener siempre a mano un pan artesanal y sabroso para tus comidas diarias.
Recetas: cómo preparar pan pita tradicional
Ingredientes:
- 500 g de harina 0000
- 20 g de levadura
- 300 cc. de agua (a 25 °C)
- 30 g de aceite de oliva
- 10 g de sal
Cómo preparar la receta del pan pita, paso a paso
- Primero, en una jarra, coloca el agua y la levadura desmenuzada. Mezcla bien hasta que se diluya por completo.
- A continuación, en un bowl, coloca la harina. Agrega la sal y mezcla. Luego, suma la levadura, une bien y añade el aceite.
- Lleva la masa a la mesada limpia y seca y amada por 5 minutos, hasta que quede lisa y homogénea. Colócala en un bowl y reserva tapada hasta que duplique su tamaño.
- Mientras tanto, precalienta el horno a 250 °C con calor arriba y abajo, y coloca dentro la bandeja para hornear el pan pita.
- Espolvorea la mesada con harina y coloca la masa, amasa por un minuto para desgasificar y divide en 10 porciones iguales.
- Por último, forma bollitos y aplana para lograr la forma de pan árabe. Cocina en el horno por 7-9 minutos.
- Secreto: para que queden suaves y no crocantes, debes sacarlos blancos del horno y guardarlos tibios dentro de una bolsa hasta que se enfríen.
Ahora que ya sabes cómo hacer pan pita casero, aprovecha esta receta práctica para preparar varias unidades de una sola vez y usarlas en distintas comidas. Puedes congelarlo en el congelador y recalentarlo en el horno cuando lo necesites, manteniendo su textura suave y su sabor recién hecho.





