Ese paquete de obras pretende invertir U$S230 millones en el revestimiento y entubado de varios canales y sistemas hídricos para mejorar aquella situación hídrica de los ríos Mendoza, Tunuyán Superior e Inferior, Diamante y Atuel.
En este contexto no suena descabellado que estratégicamente Suarez impulse su reelección, algo que podrá ser catalogado de histórico, ya que no nunca se dio en el Departamento General de Irrigación desde la vuelta de la democracia en 1983. E incluso es probable que eso genere fuertes cuestionamientos de la oposición en la Casa de las Leyes.
Si bien ante la cercanía del fin del mandato de Marinelli surgieron algunos posibles sucesores, los nombres que danzaron alrededor del cargo, fueron sólo tubos de ensayo que lanzaron algunos sectores para medir que tan ratificado estaba en el cargo el actual funcionario.
Cómo se elige al superintendente general de Irrigación
El Departamento General de Irrigación está compuesto de un superintendente nombrado por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, de un consejo compuesto de 5 miembros designados en la misma forma y de las demás autoridades que determine la ley, según consta en el artículo 188 de la Constitución provincial.
Allí también se establece que el cargo de superintendente tendrá una duración de 5 años en su función con la posibilidad de ser reelecto.
Entre los requisitos, para ocupar el puesto se requiere ciudadanía en ejercicio, ser mayor de 30 años y tener residencia de cinco años en la provincia.
Años anteriores, cuando se venció el mandato de anteriores superintendentes, desde el Ejecutivo enviaron el pliego del propuesto a la Legislatura, y durante ese debate, quien dirigía ese organismo era el presidente del Tribunal Administrativo, que surge de aquel consejo. En este caso, ese cargo está Gustavo Villegas, consejero del Río Atuel.
Sin embargo, todo hace pensar que esta vez Suarez enviará el pliego de la reelección de Marinelli antes de que se venza su mandato, para conseguir el aval del Senado, antes del 27 de abril.