La crisis del 2001

Roberto Iglesias a 20 años de la crisis: "Me pareció raro que los saqueos comenzaran en Mendoza"

El entonces gobernador fue uno de los pocos que estuvo presente cuando Fernando de la Rúa redactó su renuncia. Habló de la situación que se daba en Mendoza, los saqueos, los Petrom y la relación con el peronismo

Roberto Iglesias fue uno de los cuatro gobernadores que vio cuando el Presidente Fernando de la Rúa redactaba la renuncia y se aprestaba a subir al helicóptero que lo sacaría de la Casa Rosada el 20 de diciembre de 2001 mientras el país ardía por los saqueos, las manifestaciones por el corralito financiero, muertos en las calles, un gobierno quebrado y una oposición que se frotaba las manos, lista para llenar ese vacío de poder.

Era la hora del "Que se vayan todos".

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Diciembre de 2001 en Argentina.

Diciembre de 2001 en Argentina.

Este martes se cumplirán 20 años de aquella grave página de la historia argentina. Hoy, Roberto Iglesias tiene 70 años, está retirado de la actividad política, aunque esta semana reapareció en Casa de Gobierno "solo para acompañar al Peque Fayad, que asumió como ministro de Hacienda. Lo he visto crecer y criarse con mis hijos", justificó.

Al radical Iglesias, quien gobernó Mendoza entre 1999 y 2003, rompiendo los 12 años consecutivos de mandato de la Naranja Peronista, le tocó bailar con la más fea hace casi 20 años. De hecho, la escalada de saqueos comenzó en Mendoza, en un súper del barrio San Martín, en una mañana típicamente bochornosa de diciembre y más aun recalentada por la indignación popular.

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Roberto Iglesias.

Roberto Iglesias.

A De la Rúa no volvió a verlo nunca más. Cosas de la política y la gestión: 10 días antes de la caída del gobierno radical con De la Rúa habían inaugurado una obra tan esperada como difícil de hacer y terminar de una vez por todas, como mucho en Mendoza: el dique Potrerillos. Aunque faltaban 10 días, el final del mandato del Presidente que llegó a serlo en nombre de la Alianza era evidente. Solo había que esperar que sucediera.

- A 20 años, ¿qué recuerda?

- Todo aquello fue una vorágine. Hubo un gran problema de fondo, que Argentina viene arrastrando y no resuelve: gasta más de lo que le ingresa. Así que siempre estamos con que sale un plan, o entra una cosa y sale por allá. Algunos planes son exitosos, como el Austral y la misma convertibilidad, pero esos planes quedaron en la nada por el problema de fondo.

- ¿Cómo fue el inicio del gobierno de la Alianza?

- Cuando asumió De La Rúa en 1999 había una convertibilidad agotada que solo permitía hacer flexiones: no comer ni tomar agua, solo flexiones. De eso se salía con un incendio como ocurrió: con una devaluación como si hoy lleváramos el dólar a $500. Nunca se tomaron medidas de fondo en este país.

- ¿Y la cuestión política cómo operó para el desenlace?

- Había una inestabilidad política muy fuerte. La renuncia de Chacho Alvarez (vicepresidente de la Nación) fue una cretinada; después los cargos que ocupó me hicieron sospechar de que algo había. Si bien él se fue por el tema de la Banelco (el caso de coimas en el Senado por la ley de flexibilización laboral) creo que debió denunciar en la Justicia. Fue una ida sospechosa y provocó un vacío. Se perdieron las elecciones y el peronismo ahí nomas avanzó sobre la presidencia de la Cámara de Diputados. A De la Rúa se lo acorraló en un vacío de poder.

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De la Rúa a punto de dejar la Presidencia.

De la Rúa a punto de dejar la Presidencia.

- ¿El no tuvo responsabiliad?

- Sí, él debió hacer ciertas cosas, así que quedó acorralado. Encima, la convulsión social, en gran mayoría alimentada en la provincia de Buenos Aires con Carlos Ruckauf a la cabeza. Fueron bandidos por lo que hicieron. Murió gente y eso fue lo más lamentable.

- ¿Y después?

- Se produjo un reacomodamiento y el peronismo empezó a dar una batalla que me sorprendió porque la Argentina estaba como estaba, todo tan caótico, corralito y la gente protestando, y los peronistas estaban disputando poder.

"Cuando se lo limpiaron a (Adolfo) Rodríguez Saá (el segundo de los sucesores de De la Rúa en pocos días) fue porque vieron que en marzo no iba a llamar a elecciones, como se había pactado. Entonces, después vino todo lo que se había gestado. Y vino Duhalde" "Cuando se lo limpiaron a (Adolfo) Rodríguez Saá (el segundo de los sucesores de De la Rúa en pocos días) fue porque vieron que en marzo no iba a llamar a elecciones, como se había pactado. Entonces, después vino todo lo que se había gestado. Y vino Duhalde"

"Cuando cortamos las citas del dique Potrerilos ya todos intuíamos lo que iba a terminar pasando" "Cuando cortamos las citas del dique Potrerilos ya todos intuíamos lo que iba a terminar pasando"

"En el Gobierno estaban dispuestos a cederle espacio al peronismo y armar una especie de coalición. Si el Chacho se hubiera quedado habría asumido como Presidente" "En el Gobierno estaban dispuestos a cederle espacio al peronismo y armar una especie de coalición. Si el Chacho se hubiera quedado habría asumido como Presidente"

"Hubo que entregarle el gobierno al peronsimo por tanto que empujó" "Hubo que entregarle el gobierno al peronsimo por tanto que empujó"

La Mendoza del 2001

- ¿Cómo vivió usted toda crisis siendo gobernador de una provincia radical tras 12 años de peronismo?

- Desde las provincias ya veníamos alertando desde hacía tiempo sobre las problemáticas sociales. La situación era extremadamente complicada: no teníamos cómo financiarnos y la convertibilidad impedía emitir moneda como ahora. Hoy, con los problemas que hubo por la pandemia, sin esa ley que habilitó emitir, el país se habría incendiado. Igual, este Gobierno ha suplido todas las falencias de la pandemia con la maquinita de hacer billetes. En 2001 no se podía.

- ¿En 2001 hubo factores políticos agravantes?

- Hubo caldo de cultivo y alentadores de los saqueos y demás.

- Hábleme de los saqueos, porque comenzaron en Mendoza...

- Sí, me sorprendió que empezaran acá, en supermercados del barrio San Martín, después en Guaymallén y Las Heras... Fue raro porque Mendoza estaba más tranquila que otras provincias.

"Acá se tomaron medidas políticas y fue importante la colaboración de los empesariso con los bolsos con comida para aislar a los que incitaban a saquear" "Acá se tomaron medidas políticas y fue importante la colaboración de los empesariso con los bolsos con comida para aislar a los que incitaban a saquear"

- ¿Cómo se comportó la oposición que había dejado el Gobierno cuando usted asumió?

- Acá, bien. En Buenos Aires la embestida estuvo alentada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Eso me consta. Acá, el peronismo estuvo contenedor. Hablamos mucho con ellos.

- ¿Facilitaron la ley de los Petrom y demás medidas de salvataje?

- Sí, eso era algo que ya se venía alentando. Nosotros nos resistíamos a los Petrom porque a las cuasimonedas había que evitarlas. Habían sido un fracaso en todo el país y no valían nada. Cuando sacamos los Petrom hicimos una emisión contenida y por ley con la garantía de devolución. Se implementó bien con los ministros y los jefes políticos.

"Emitimos Petrom por la mitad de los $180 millones avalados por la ley. Además, fue el único bono que se devolvió con los intereses pactados y llegó a cotizar al 80%" "Emitimos Petrom por la mitad de los $180 millones avalados por la ley. Además, fue el único bono que se devolvió con los intereses pactados y llegó a cotizar al 80%"

"Ya en ese momento el peronismo local no tenía una cabeza visible; hoy está mucho más diluido" "Ya en ese momento el peronismo local no tenía una cabeza visible; hoy está mucho más diluido"

- ¿La crisis de 2001 le dejó alguna secuela?

- Viéndolo ahora en perspectiva concluyo que el ser humano se comporta y se transforma de manera especial en estos casos, como en la guerra que aun así la gente se reproduce y se reinventa. En la vorágine, uno trata de serenar la cabeza y tomar las mejores decisiones. No tuve secuelas.

- Sabido es que usted es de temperamento fuerte, le dicen El Mula, ¿le costó enfriar la cabeza en esas horas críticas?

- (Ríe a carcajadas) Sí, sí, porque una cosa es el temperamento y otra es cuando las cosas se hablan mucho y se razonan mucho como en 2001. En el compartir ideas encontramos las soluciones. Había mucha presión, la gente en la calle, pero salió mucho mejor de lo que yo esperaba.

- En Mendoza se aquietaron los ánimos rápidamente...

- Sí, y en el país también. En 2003 cambió la situación mundial y lo que Argentina tenía como grandes problemáticas empezó a cambiar: el crecimiento terrible del mundo al 9%. Otra: el petróleo, que nosotros tuvimos durante años a 19 dólares por barril, llegó a los 70 dólares, por ejemplo. La soja, ni hablar. Argentina dio un vuelco fenomenal gracias a la situación mundial y eso nos permitió salir más rápidamente.

- Volvamos a De la Rúa, ¿volvió a verlo después de Potrerillos?

- Lo vi el 20 de diciembre a la tarde, en la Casa Rosada. Eramos cuatro gobernadores. A mano alzada redactó la renuncia. Pensaba y anotaba lo que iba a decir. Vimos que era una decisión tomada y que no había alternativas. Fue la última vez.

- ¿Qué impresión tiene de él 20 años después?

- Era un tipo muy correcto, muy inteligente pero después se lo tenia como dubitativo. Muy culto y de convicciones fuertes pero lo dejaron muy solo.

-¿Le quedó grande la Presidencia?

- A tantos les ha quedado grande la Presidencia...

- ¿Estuvo condicionado por el radicalismo?

- Sí, creo que estuvo muy condicionado por el radicalismo: las medidas que iba a tomar eran muy discutidas. No olvidemos que (Ricardo) López Murphy (ministro de Economía) le duró una semana siendo que estaba marcando lo que había que hacer. Sin plata, sin chances de emitir, sin préstamos y una situación social muy grave era un panorama muy difícil.

- ¿Qué tan solo quedó en el final?

- El día de la renuncia la condición partidaria no estaba. Habíamos cuatro gobernadores.

"De la Rúa renunció por responsabilidades propias pero también por una dirigencia política que acompañó muy poco" "De la Rúa renunció por responsabilidades propias pero también por una dirigencia política que acompañó muy poco"

Mendoza hoy

Cuenta Iglesias que le dio mucha alegría y orgullo ver jurar al Peque Fayad como ministro de Hacienda. "Se le merece; no llegó ahí por ser el hijo del Viti sino porque es un chico muy inteligente y sabe mucho. Hará un gran aporte a esta gestión".

- Usted asegura que está retirado de la política pero si Rodolfo Suarez le pide opinión, ¿iría?

- Si me llaman iré como siempre he ido: como Jaque y Paco Péfrez. En eso, la política mendocina es distinta.

- Al gobernador Suarez lo ha visto crecer en política...

- Sí, al Rody lo conozco hace mucho tiempo y hemos militado en el mismo ámbito.

- ¿Qué le parece esta gestión?

- Muy a la altura de las circunstancias: viene haciendo un muy buen gobierno. La pandemia es difícil pero a diferencia de otras gobernadores de provincias, él supo llevar un equilibrio, aun con trabas y problemas con la Nación. Ha sorteado una crisis muy grave. Ya los mendocinos lo calificaron en las últimas elecciones.

- ¿Los radicales son mejores administradores que políticos y los peronistas a la inversa?

- Creo que el radicalismo es mucho mejor políticamente y gobernando. Tenemos convicciones muy firmes a pesar del distanciamiento que yo tengo -vos sabés-... (deja la frase en el aire) Hubo dirigencia del radicalismo que cometió agachadas que para mí no son tolerables.

- ¿Quiere dar nombres propios?

- Cornejo y Cobos. Para mí lo que se hizo en aquel momento (la alianza con el kirchnerismo) Mirá: la hicieron presidenta a Cristina Fernñandez... Debo reconocer que Cornejo, con quien no comparto muchas cosas ni como hace política, fue un buen gobernador.

- ¿Y Cobos, que salió de su equipo de ministros?

- Le corresponde lo mismo. Para mí fue una gran decepción. Hizo demasiadas cosas que a mí no me van. Sin embargo, tiene muy buena imagen, ha ganado elecciones y debo reconocerlo: yo las he perdido. Pero reconocer eso no implica admitir que se dejen las convicciones de lado.