La ocupación de las camas de terapia intensiva (UTI) ha concentrado en pandemia la mirada de epidemiólogos y políticos por igual. La sola posibilidad de que se saturasen esas camas determinó que tanto el Presidente de la Nación como los gobernadores endurecieran la cuarentena y dispusieran restricciones para evitar mayor circulación de la Covid-19. Por eso, destinar presupuesto para ampliar la cantidad de las camas UTI era urgente y en Mendoza se avanzó con la compra de 82 camas, que se sumaron a las 120 que existían antes de la pandemia.

"Con estas 82 nuevas camas de terapia intensiva se incrementó la cantidad en un 68,3%. En todo el sistema sanitario se ha invertido unos $1.800 millones, porque cuando se decide ampliar el sistema UTI no hay que pensar que se trata sólo de comprar las camas y los respiradores, hay que solventar los costos del personal terapista y también de lo que generan los tratamientos, por ejemplo para mantener sedados a esos pacientes", precisó la ministra de Salud, Ana María Nadal.

En la estrategia mendocina para hacerle frente al coronavirus se decidió analizar dónde eran necesarias estas camas de terapia intensiva y en qué hospitales se podían ubicar camas de cuidados críticos, que no tienen la complejidad de las UTI, pero pueden recibir a pacientes cuya enfermedad se agrave, hasta tanto puedan ser trasladados a una terapia.

Así por ejemplo se decidió que fuese la terapia del Hospital Central la que más se incrementara, y se la dotó de 44 camas nuevas, y duplicar esa unidad del hospital regional del Valle de Uco, Antonio J. Scaravelli que pasó de tener 6 camas a tener 12. De igual manera se distribuyeron en el resto de los nosocomios, según la demanda y las posibilidades de la infraestructura.

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"A las camas de terapia intensiva que se fueron adquiriendo se sumaron también otras 9 camas de unidades críticas que vinieron a dar contención en hospitales departamentales en los que no se podían crear camas UTI porque no habían terapistas para atenderlas. Sin embargo, con esas camas se le podía dar asistencia a pacientes que se complejizaban y dar atención con los médicos que se capacitaron para eso y luego derivarlos. Así pasó también con las 4 camas UTI del Notti, que si bien estaban para la atención pediátrica, también sirven hoy para derivar a pacientes que van estabilizándose y salen por ejemplo de la terapia del Central", explicó Nadal.

Baja la ocupación y llega el alivio

En los últimos días de esta primer semana de noviembre las estadísticas del contagio de coronavirus en Mendoza muestran una meseta que ronda los 500 casos diarios, y eso se refleja también en el nivel de ocupación de las camas UTI y de las camas comunes de los hospitales públicos.

"Hay un alivio en el sistema sanitario y eso se nota en la ocupación de las camas UTI, que en la provincia ha bajado al 70,81% y en el Gran Mendoza al 79,15%, pero también en las consultas por enfermedades respiratorias e incluso por neumonías que también han bajado", remarcó la ministra de Salud, y ese alivio del sistema se traslada a su voz.

En el caso de las camas comunes de internación, la ocupación este viernes rondaba el 70%.

Una meseta de contagios que hay que mantener

No lo dicen muy alto, pero la meseta de contagios de estos días, hace que algunos funcionarios se ilusionen con que esté pasando el pico y poco a poco se puedan ir retornando varias actividades que hoy están prohibidas. De hecho, atento a estos niveles de contagio y ocupación del sistema sanitario el mismo gobernador Rodolfo Suarez pidió a la Nación que Mendoza vuelva a la etapa de distanciamiento social y que se habiliten algunas actividades, entre ellas las reuniones familiares.

Si bien celebran por lo bajo, en el ministerio de Salud, sostienen que este amesetamiento que se muestra en los testeos de los últimos días, en donde el índice de positividad ha rondado el 30% de los 1.800 test, debería mantenerse al menos todo el mes de Noviembre, para evaluar si la pandemia está cediendo en la provincia.

"La cantidad de casos se ha estabilizado en la provincia y eso es demostrable, pero para asumir que estamos en un proceso de salida de la pandemia, necesitamos un tiempo de estabilidad mayor, es decir que esto se mantenga durante todo el mes y que no sea una situación aislada", sinceró Nadal.

En la cartera sanitaria especulan con que el amesetamiento de contagios puede deberse a que ya hay en la provincia unos 48.000 mendocinos contagiados y otro tanto, no comprobado, de personas que transitaron la enfermedad sin síntomas, por lo que "hay menos personas susceptibles de contagiarse porque ya tuvieron el virus y porque el grupo etario de mayor movilidad y en donde se ha dado mayor nivel de contagio, que es entre los 18 y los 49 años, está alcanzando un mayor nivel de inmunidad", explicó la funcionaria.