La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó para este miércoles a un paro nacional que tendrá inflexiones particulares en Mendoza, donde la situación pinta diferente que en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores.
Un "hombre motosierra" que salió a vivar a Javier Milei durante la última visita del ultraliberal a Mendoza.
Lejos de pretender un ejercicio de futurología, vale la pena enumerar características que pueden definir los contrastes de las próximas horas entre el panorama doméstico y el nacional.
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Clave 1: corta duración y una marcha poco definida
Primer dato llamativo: el plenario de la CGT local que se hizo a fines de la semana pasada no dejó precisiones respecto al recorrido de la marcha por el centro mendocino.
Al menos eso es lo que dejó entrever el viernes el dirigente camionero y uno de los secretarios generales cegetistas de la provincia, Gustavo Letard, quien aclaró en diálogo con radio Nihuil que habrá concentración a las 13 frente a la Legislatura pero que después de eso el cronograma era difuso.
"Cada gremio tiene modus operandi diferente, así que decidimos concentrar allí y luego cada uno tomará los recaudos para marchar donde pueda", admitió textualmente el gremialista, que sin embargo no ahorró críticas contra el presidente Javier Milei.
Con todo, plantear sólo un acto suena a poco para un paro que comenzará a mediodía y que dos o tres horas después puede agotarse como gesto político y acción disruptiva.
Las actividades en Buenos Aires, por el contrario, se extienden a lo largo de la tarde; con una concentración que durará hasta varias horas después del comienzo de la medida de fuerza. En Mendoza la movida será más breve.
Clave 2: el apoyo mendocino a Milei
Da la impresión, pues, que la lucha por el sentido de la medida se definirá una vez más en el Congreso de la Nación, en sus porteñas inmediaciones y -sobre todo- en las pantallas de teléfonos y televisores. Lejos del pago.
¿Por qué se produce esa ruptura entre el plano nacional y el más inmediato? ¿Acaso la provincia, con su mentado presente "gorila", está blindada contra los paros?
Se podría ensayar una respuesta arrancando por las pistas que dejaron los últimos comicios. El electorado vernáculo viene mostrando aprensión hacia los sindicatos y su universo, a los que por lo común identifica con el peronismo/kirchnerismo.
En las presidenciales de diciembre, los mendocinos rechazaron con claridad a esa franja del espectro ideológico. Durante la segunda vuelta, el ultraliberal Milei levantó el 71.15% de los votos, más de 10 puntos por encima de la media nacional.
Y en el Gran Mendoza, el apoyo estuvo en todos los casos por encima del 68%, con picos como el de Luján, donde La Libertad Avanza cosechó el 77%. Un aval que por ahora da la impresión de sostenerse.
No faltan entonces mileístas que se entusiasman con que en Mendoza y otras ciudades de provincia se consolide el eslabón perdido de un liberalismo no peronista, conservador culturalmente y de corte popular, rompiendo con más de un siglo de derechas elitistas y recuperando algo del aura que tuvo en su momento el gobierno de Carlos Menem.
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Clave 3: sectores importantes no se plegaron al paro
A la CGT mendocina se le sumará este miércoles una multisectorial con organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos. No obstante, hay entidades clave que se bajaron.
El ejemplo más notable es el del Sindicato del Personal de Micros y Ómnibus de Mendoza (Sipemom), que no se plegará aunque es parte de la central de trabajadores. O sea que habrá micros, elemento estratégico en cualquier jornada como esta.
Por su parte, una importante facción de los empresarios no solo no apoya sino que se ha expresado en contra del paro.
Es el caso de la Asociación de Propietarios de Camiones (Aprocam) y de la Mesa de la Producción y el Empleo, que incluye a Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas), ACDE Mendoza (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas), AEM (Asociación de Ejecutivos Mendoza), el CEM (Consejo Empresario Mendocino), FEM (Federación Económica de Mendoza) la UCIM (Unión Comercial e Industrial de Mendoza) y la UIM (Unión Industrial de Mendoza).
Tampoco se prendieron las estaciones de servicio, y la Asociación Mendocina de Expendedores de Nafta y Afines (Amena) prometió un día relativamente normal.
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Clave 4: Mendoza y las normas que "regulan" la protesta
Por último, es evidente que la gestión de Cambia Mendoza viene preparando el terreno para momentos como el actual.
Lo subrayó el gobernador Alfredo Cornejo durante la campaña por la gobernación: "Gane quien gane -avizoró- será una época de turbulencias".
En realidad, hace mucho que Cornejo interpretó que se avecinaban temporadas de conflicto social y de un nuevo clima ideológico. Todo el frente oficialista -que conoce con qué bueyes ara- detectó el giro conservador de la sociedad y actuó en consecuencia.
En efecto, existe desde hace mucho en Mendoza una serie de normas que regulan las manifestaciones en el espacio público y aplica multas a quienes interrumpen el tránsito; un corpus que fue elogiado por la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, entre otros referentes de la "mano dura".
Por eso el promocionado "protocolo antipiquetes" que será puesto a prueba durante este paro no tiene la pátina de la novedad en Mendoza. El Estado provincial ya abre causas a las organizaciones que cortan calles y el consenso acerca de ese tipo de sanciones, por ahora, parece asentado; más allá del debate sobre su razonabilidad.
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