Opinión

¿La Unión Mendocina de Omar De Marchi no era la segunda fuerza política de la Provincia?

En la vida política real, La Unión Mendocina, creada por Omar De Marchi, nunca pudo hacer cierto eso de que fue votada en 2023 como "la segunda fuerza política"

Un año y cuatro meses después de que La Unión Mendocina (LUM) se convirtiera en "la segunda fuerza política de la Provincia" al abroquelar en 2023 a buena parte del espectro anti Alfredo Cornejo, ese partido político parece estar ausente sin aviso. La vida real casi no lo registra.

En tanto, su creador y protagonista excluyente, Omar De Marchi, se ha difuminado entre los pliegos de la Presidencia anarcocapitalista de Javier MIlei. Por el momento no se sabe si LUM tendrá algún futuro, si rebotará para las elecciones legislativas de este 2025 o si estaremos ante un supuesto deceso por inanición.

El 24 de septiembre de 2023 La Unión Mendocina, creada a las apuradas por el lujanino De Marchi, compitió por fuera del PRO en las elecciones para gobernador que finalmente ganó el radical Alfredo Cornejo con casi el 40% de los votos (39,51% para ser más exactos). Pero a los demarchistas no les fue nada mal. Sacaron casi el 30% de los votos (con precisión: 29,69%).

De Marchi, que propiciaba con La Unión Mendocina una resurrección del "dormido potencial mendocino", logró además hacer retroceder al kirchnerizado peronismo mendocino, que cayó a un pobrísimo tercer lugar con el 14,73% de los sufragios.

Lo concreto es que La Unión Mendocina es uno de los menjunjes más aparatosos que se recuerde en la política local. En la cotidianidad nunca pudo hacer "carne" eso de que un día fue "la segunda fuerza".

Componentes

Entre los componentes de LUM, además de demarchistas desencantados con Macri, figuraron radicales enojados porque no pudieron ir al tope de las listas en Cambia Mendoza, peronistas desorientados que creyeron ver en De Marchi poco menos que un remedo -a escala lujanina- de Perón, gremialistas en desgracia, gansos con pedigrí que votaron tapándose la nariz, territorialistas sin proyección provincial, vecinalistas poco duchos en ideologías, y hasta señoras de barrio que alababan la simpatía y locuacidad de De Marchi.

Venid a mi que serán tratados bien, le faltó decir al desafiante de Cornejo. ¿Cuál era el programa de gobierno de La Unión Mendocina? Frenar al cornejismo, salvar a Mendoza y echarla a andar. La fórmula gubernativa presidida por Omar De Marchi, llevó al entonces intendente Daniel Orozco para vicegobernador, un jefe comunal sobrevalorado para ser número 2 de la Provincia.

Orozco, que siempre se jactó de ser "radical de toda la vida", no dudó en saltar de partido y terminó derrotado en la Provincia y en su comuna. Ahora trajina pasillos de la Justicia, investigado junto a su esposa Janina Ortiz, ex secretaria de Gobierno y suspendida diputada provincial de LUM, por supuestas malversaciones en la comuna.

Nave a la deriva

En aquel septiembre de 2023 Omar De Marchi vio frustrada por tercera vez su postulación a gobernador de Mendoza. Todavía faltaba un mes para la elección presidencial y dos meses para el balotaje que ganaría Javier Milei, un economista sin partido y que se había hecho un nombre en los programas de TV y en las redes sociales por su histrionismo y desparpajo al criticar la clase política tradicional.

Entonces, entre sostener esa babel llamada La Unión Mendocina que, derrotada, pintaba para convertirse en una nave enloquecida, o sumarse a tiempo a los aires libertarios que prometía ese ventarrón llamado Javier Milei, no hubo dudas en la mente de De Marchi.

Hasta el propio Mauricio Macri parecía trabajar subrepticiamente a fin de que ganara Milei en lugar de sostener a su frente, Juntos por el Cambio, y a su candidata a presidenta, Patricia Bullrich. Esta dirigenta multipartido finalmente llevaría a Juntos por el Cambio a una estruendosa derrota en las presidenciales.

Los historiadores tendrán un interesante trabajo cuando se les ocurra espulgar por qué al otro día que Patricia Bullrich perdió las elecciones presidenciales ya estaba entregada de pies y manos al candidato Javier MIlei mientras millones de votantes liberales centristas se preguntaban si no habían sido engañados. Algo parecido pasó con Omar De Marchi cuando su partido provincial La Unión Mendocina comenzó a desvanecerse porque, sin más, él decidió guarecerse en territorio libertario.

De Marchi no es ningún improvisado, lo cual se ha podido comprobar en la mayoría de los cargos políticos que ha ocupado (tres veces elegido intendente de Luján de Cuyo; figura en el Congreso de la Nación y en la Legislatura de Mendoza, dirigente del PRO tanto en Mendoza como a nivel nacional) pero desde que el lujanino se ha puesto bajo el ala de Milei ha mutado en un De Marchi muy distinto al que conocíamos.

Poco y nada

De Marchi ya no es un comunicador de sus trabajos. Su presencia en los medios es a cuentagotas o inexistente. Tanto en su rol de secretario de Relaciones Parlamentarias como en el puesto actual de vicepresidente de Aerolíneas Argentinas se ha dejado ganar por un espíritu recoleto que está lejos de lo que era su marca registrada.

Cuando De Marchi integró el frente Cambia Mendoza como referente del PRO mendocino, él y Cornejo se " celaron" tupido, a veces con urbanidad y hacia el final de la relación con furia desatada.

El hecho de que tanto Macri, como Bullrich y Rodríguez Larreta se hayan puesto del lado de Cornejo cuando hubo que elegir el candidato a gobernador de Mendoza por Cambia Mendoza, lo envalentonó a De Marchi a enfrentarlo al sancarlino por afuera de la coalición y a la aventura de crear un nuevo partido, La Unión Mendocina, que salió segundo en las elecciones de 2023, convirtiéndose en esa "segunda fuerza" de la que hoy se sabe poco y nada.