En medio de una protesta y acampe de trabajadores estatales, la residencia del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, fue atacada e incendiada, lo que obligó a la intervención de bomberos para sofocar las llamas.
En medio de una protesta y acampe de trabajadores estatales, la residencia del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, fue atacada e incendiada, lo que obligó a la intervención de bomberos para sofocar las llamas.
Según medios locales, se trata de un grupo de trabajadores precarizados que desde hace tres días acampan en la puerta de la residencia del mandatario riojano para reclamar el pago de sueldos adeudados.
Pero la raíz del conflicto tiene un trasfondo político y electoral, con la intendenta de la capital provincial, la radical Inés Brizuela y Doria, como otra protagonista.
De acuerdo a la prensa provincial, Brizuela y Doria nombró a aproximadamente mil empleados en planta permanente, sin acordar con el Gobierno de Quintela y tampoco contar con recursos para afrontar sus salarios.
En toda la provincia, existen casi 30.000 empleados precarizados en el Estado y en el municipio capitalino ascienden a 3.000.
Los trabajadores precarizados pertenecen a la Municipalidad y un buen porcentaje cumple funciones en servicios públicos con sueldos que oscilan entre 5 mil y 12 mil pesos.
La semana pasada, la intendenta radical calificó como "una suerte de golpe de Estado" a los incidentes registrados en el palacio municipal de esa ciudad y consideró que "es muy grave" que la manifestación haya estado "avalada por el gobernador".
"Venimos sufriendo violencia política de todas las formas posibles: mediática, simbólica, económica, pero esto ha llegado a un límite inaceptable, son prácticas reñidas con la paz social", dijo Brizuela y Doria, referente de la UCR riojana.
"El lunes vino una patota con dirigentes identificados con el Gobierno provincial encabezando la manifestación, con el sector del gobernador Ricardo Quintela, y ayer volvieron con la clara intención de tomar la Intendencia", agregó.
Esos incidentes de principios de noviembre frente al palacio municipal de La Rioja capital se registraron en el marco de una protesta de empleados estatales por la falta de pago de sueldos.
Brizuela y Doria dijo que pidió a Quintela que le envíe agentes de la Policía para custodiar el edificio comunal, pero no obtuvo respuesta.