Negó haber cruzado un semáforo en rojo y haberse resistido a que la policía le hiciera la multa. Tampoco dice haber chapeado con su cargo como concejal para evitar las sanciones viales.
Tras aclarar lo ocurrido en la madrugada del sábado, Burgoa avanzó sobre su situación política e hizo foco en su compromiso con la comunidad de Guaymallén.
"En cuanto a mi condición de concejal, electo por el voto popular, mi compromiso sigue firme junto a los vecinos del departamento, recorriendo sus barrios, calles y dialogando con cada uno de los que necesiten asesoramiento o búsqueda de alguna solución a sus inquietudes".
Desde ese lugar ratificó que resistirá en su cargo como concejal, pese a que ya la oposición pidió su destitución y pese también a que el sector de la UCR que le responde al mismo intendente Marcos Calvente opinó que debería renunciar.
"Reafirmo mi compromiso para seguir trabajando y aportando, como desde el primer día, representando a los guaymallinos en el Concejo, tanto como a los que me votaron para ocupar tal cargo, como a los que no lo hicieron".
La oposición de Guaymallén pidió su expulsión
Pese a que Burgoa ratificó que está decidido a resistir en su banca como concejal, habrá que ver en los próximos días cómo avanza el pedido de expulsión que presentó la oposición. Es que al planteo que hizo el bloque del PJ se sumó también Mejor por Mendoza.
Pero además hay que adosar que Burgoa quedó en medio de la interna radical que atraviesa de punta a punta la comuna de Guaymallén. Tanto es así que el sector de los concejales que le responden políticamente al intendente Marcos Calvente salió a opinar que debía renunciar y así se lo hicieron saber en la reunión de bloque que tuvieron este martes.
Tal fue la presión de ese sector, que el mismo jefe comunal ya había opinado mediáticamente que Burgoa no tenía otro camino que la renuncia.
Sin embargo, el edil que se enrola detrás del sector que lidera Marcelino Iglesias no parece dispuesto a dimitir.