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A su vez, Mama Lupe pidió recordar a las personas fallecidas durante las intervenciones ordenadas por el Gobierno de Jeanine Áñez y afirmó que sus muertes no serán en vano ya que el país los recordará por siempre.
Más allá de los actos protocolares, lo que se destacó fue el colorido y alegría de un pueblo, de mayoría indígena, que cuenta con 36 etnias amerindias, que dejaron su sello de emotividad a la asunción del nuevo presidente Luis Arce.
"Agradecemos a los Amautas y Mama T'allas que desde tempranas horas de la mañana, en Plaza Murillo, prepararon el ritual de ofrenda y agradecimiento a la Pachamama. Recibimos las bendiciones de la Madre Tierra en esta nueva etapa en #Bolivia. #VamosASalirAdelante", afirmó mediante sus redes sociales.
"Ha llegado la esperanza, el tiempo del nuevo Jacha Uru, tiempo para recuperar la dignidad y la identidad de nuestro pueblo. ¡Jallalla #Bolivia!, manifestó por su parte el vicepresidente electo David Choquehuanca, por el mismo medio. Jallalla, en aimara, significa viva.
Luego de los discursos de unidad, las autoridades ancestrales llevaron a cabo el ritual con la tradicional Wajta, que es el encendido de una hoguera que simboliza la ofrenda realizada a la Madre Tierra, para pedir permiso y que las nuevas autoridades tengan gobernabilidad y conduzcan a los bolivianos hacia la paz y la prosperidad.
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Amautas y sabios aborígenes realizaron un ceremnia andina y rogaron a la Pachamama por el buen distino del gobierno de Luis Arce, en el inicio de los actos de asunción presidencial.
También se hicieron presentes los trabajadores, especialmente los de las cooperativas, celebrando el retorno de la democracía a su país, y por la vía pacífica, mediante el sufragio.