Robert Budd Dwyer nació el 21 de noviembre de 1939 en Missouri, Estados Unidos. Tras graduarse en Ciencias Políticas inició una carrera política destacada como miembro del Partido Republicano. Llegó a ser senador estatal y Tesorero del Estado. Pero ese sería su último cargo antes de su recordada, televisiva y hasta artística muerte.

A mediados de 1986, Budd Dwyer fue acusado de corrupción. Concretamente se sostenía que había cobrado nada más ni nada menos que 300 mil dólares para favorecer a una empresa tecnológica.

El político siempre rechazó las acusaciones y aseguró que era inocente. Incluso cuando le ofrecieron que admitiera haber sido corrupto a cambio de una pena mínima de 5 años de cárcel, el tesorero se negó y decidió ir a un juicio convencional. Pero nunca alcanzó a escuchar la sentencia.

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El político momentos antes de suicidarse en vivo en la televisión de Estados Unidos.

El político momentos antes de suicidarse en vivo en la televisión de Estados Unidos.

El juicio y la condena por corrupción

El 18 de diciembre de 1986, tras un proceso judicial, Budd Dwyer fue declarado culpable de 11 cargos, incluyendo soborno y corrupción. La sentencia donde se sabrían los años de prisión –podrían ser hasta 55- estaba programada para el 23 de enero siguiente.

A pesar del veredicto, el político mantuvo su postura de inocencia y hasta continuó desempeñándose como tesorero, ya que la ley le permitía permanecer en el cargo hasta que se dictara la sentencia formal.

Un día antes de la sentencia, Budd Dwyer convocó una tempranera conferencia de prensa en su oficina porque iba a “actualizar la situación”. Todos creían que renunciaría al cargo o haría una declaración final antes de ser condenado.

El político comenzó a hablar frente a periodistas, cámaras y micrófonos durante media hora. Defendió su inocencia, criticó al sistema judicial y agradeció a su entorno íntimo. "Ahora mi vida ha cambiado sin razón aparente. En esta nación, la más grande democracia del mundo, no hay nada que puedan hacer para evitar que me castiguen por un crimen que no he cometido", fueron algunas de sus últimas palabras.

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Inmediatamente abrió su portafolios y entregó tres sobres a sus colaboradores: uno con la carta para su esposa, otro con la solicitud de donación de órganos y el tercero dirigido a un gobernador de Estados Unidos.

Budd Dwyer sacó un cuarto sobre de papel y extrajo un revólver Magnum .357. La sala estalló en caos. "Por favor, abandonen la habitación si esto los agravia. Retrocedan, o esta cosa lastimará a alguien", dijo. Segundos después, colocó el cañón en su boca y disparó. Murió instantáneamente, desplomándose en el suelo, mientras había millones de estadounidense siguiendo ese momento en vivo por la televisión.