Sin embargo, ese antecedente sólo cuenta para el prontuario del detenido, ya que para que el fiscal decida si lo imputa del asesinato del comerciante de Guaymallén deberá reunir aún varias pruebas. Por el momento la tarea de esclarecer quién mató a Berardy promete no ser fácil. Si bien hay tres testigos presenciales del asesinato del comerciante, los investigadores aún no dan con el arma homicida ni con el celular robado, que serían dos pruebas fundamentales en el rompecabezas que le toca armar a Garay. Hasta ayer el fiscal tampoco tenía en su escritorio el resultado de los análisis químicos que realizó el forense en las manos de los dos detenidos para confirmar o descartar si alguno de ellos disparó un arma de fuego, algo que los colocaría en una situación un tanto más comprometida. Si bien el fiscal parece confiar en algunas otras pruebas que podría sumar en las próximas horas, ya que según trascendió planea implementar otras medidas, entre ellas algunos allanamientos más, al menos por el momento todo parece depender de la rueda de reconocimiento de personas en las que deberán participar los dos hijos de la víctima y la clienta que estaba en el negocio en el momento del asalto. Hasta el cierre de esta edición, Garay aún no había imputado a ninguno de los detenidos, aunque todavía tiene tiempo para hacerlo, ya que la ley le permite mantenerlos detenidos 48 horas sin realizar imputación alguna.
Quedaron tres testigos claves Los dos hijos menores de Luis Berardy y la clienta que presenció todo el atraco desde un locutorio del negocio serán los testigos claves que citará el fiscal Santiago Garay para realizar la rueda de reconocimiento de los dos detenidos. Esa medida podría implementarse hoy y de su resultado dependerá si los dos detenidos, de 24 y 26 años, son imputados por el asesinato caratulado como “homicidio criminis causa”. Los acusados por el crimen quedaron detenidos en los calabozos de Investigaciones, donde permanecerán hasta que el fiscal Garay reúna las pruebas necesarias para imputarlos o liberarlos. Un celular y algo de plata que sacaron de la caja –no sería un monto elevado– fue lo que robaron los dos delincuentes antes escapar a los tiros y matar al comerciante en su minimarket. Pero ni el teléfono ni el arma homicida aparecieron en poder de los arrestados. Ayer el jefe de la Policía, Juan Carlos Caleri, se encargó de recalcar que ambos detenidos contaban con antecedentes policiales de hechos cometidos recientemente.