Si bien cuando trascendió la muerte de Fernández, fuentes policiales habían informado a la prensa que en la casa donde ocurrió todo se había hallado una bolsa con un extraño polvo rosa que se sospechaba podía ser una droga sintética, fuentes judiciales hoy lo desmintieron.
"No se secuestró ningún polvo rosa. Sólo fueron versiones periodísticas y nada de esto figura en el sumario elaborado por la comisaría vecinal 1A ni en las actuaciones de los peritos de la Unidad Criminalística Móvil", aclaró a Télam una calificada fuente judicial.
"Lo único que se secuestró del departamento fueron las pertenencias de la víctima", entre ellas, su cartera y su calzado, ya que "los peritos no detectaron ningún indicio de criminalidad en la escena".
1,8 de alcohol en sangre
El primer informe de reveló que Fernández tenía en sangre una graduación alcohólica elevada, de 1.8, pero aún se aguarda el estudio toxicológico completo que indicará si la joven ingirió o no alguna otra sustancia.
"Es sólo una hipótesis, pero con ese grado de alcohol la chica pudo haberse sentido desorientada y abrió la puerta del ascensor, que nunca debió abrirse, pensando que era otra", afirmó a Télam uno de los investigadores.
Falla en el ascensor
La División Siniestros de los bomberos de Policía de la Ciudad le remitió a la fiscal el informe final sobre el peritaje de la puerta del ascensor y llegó a la conclusión de que presentaba una falla que permitía abrirse, sin que estuviese la cabina en ese piso 14.
Se trata de una puerta con placas metálicas pintadas de blanco, de las que se abren plegándose en forma de acordeón.
El técnico que hacía el mantenimiento y los controles del elevador ya está identificado en la causa desde el primer día y podría ser citado a declarar por la fiscal Oberlander.
El expediente sigue bajo la carátula provisoria de "muerte por causas dudosas", aunque de no surgir otra hipótesis y afirmarse la del accidente por la falla en la puerta, podría cambiar a una investigación por "homicidio culposo".
La noche trágica de la estudiante brasileña
"Karol" Fernández, era una estudiante brasileña. Estudiaba la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Apareció muerta la mañana del 4 de septiembre en el foso del hueco del ascensor tras haber caído del piso 14, en un edificio de la avenida Del Libertador 654, entre Cerrito y Libertad, de Retiro, donde estaba con dos jóvenes, uno que vivía en el edificio y el otro, un tenista de 26 años que salía con ella hacía dos años.
Según lo que pudieron reconstruir los investigadores, la noche del 3 de septiembre Karol había ido a un bar de Belgrano con amigas a festejar que habían aprobado un examen de la facultad, pero tras mensajearse con su novio, alrededor de las 2 de la madrugada ya del viernes 4, fue en un Uber al departamento del amigo del tenista.
estudiante brasileña alcohol ascensor.jpg
Una falla en el ascensor y 1.8 de alcohol, combo letal para la estudiante brasileña
Ambos jóvenes declararon que habían estado tomando bebidas alcohólicas hasta que en un momento Fernández se quedó dormida en un sillón del living, ellos dos decidieron ir a otro sector del departamento y cuando regresaron no la encontraron, vieron la puerta abierta del ascensor y llamaron al 911.
Con información de Télam