El fiscal Fernando Giunta le otorgó el beneficio de prisión domiciliaria para a Sergio Massó, el novio de Julieta Testa. El joven de 20 años manejaba borracho su camioneta con la que volcó y provocó la muerte de la joven jugadora de vóley.

El fundamento para otorgarle la prisión domiciliaria fue la  situación psicológica del joven que varias veces le ha repetido a sus familiares que se va a matar.

Se ha previsto una fianza de un millón de pesos y el uso de pulsera electrónica para concretar la medida. 

El joven fue imputado el martes pasado por homicidio simple con dolo eventual, que prevé una pena de 8 a 25 años.

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Desde el momento que vio a Julieta muerta en el asfalto, Sergio no dejó la de idea de quitarse la vida. De hecho, se autolesiona dándose golpes con la cabeza en la pared de la celda de la Comisaría 25.

Su padre, Rodolfo Massó, indicó que su hijo le dice que todo lo que está haciendo “es al pedo, porque cuando tenga dos segundos se va a matar”.

Debido al estado del joven y el peligro que corre su integridad física, el fiscal de Tránsito Fernando Giunta decidió darle el beneficio de prisión domiciliaria mientras dure la investigación, con una fianza de un millón de pesos y con el uso de una tobillera electrónica para monitorear al chico.

El hecho

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Massó quedó muy shockeado luego del accidente ocurrido a las 5.30 del lunes pasado cuando la joven pareja circulaba en una camioneta Toyota Hilux por Acceso Sur hacia el Norte, por donde regresaban a sus casas luego de una fiesta en Luján.

A la altura de calle Alsina, el chico perdió el control de la camioneta, golpeó contra el guardarail, cayó por un barranco, volcó hasta que la camioneta se estrelló contra un paredón.

En todo ese accidente, Julieta Testa salió despedida del vehículo debido a que no tenía el cinturón de seguridad puesto. Sergio Masso, en cambio, resultó ileso.

En el momento que el chico se dio cuenta que su novia estaba muerta, quiso lanzarse hacia los vehículos que circulaban a altísima velocidad por el Acceso Sur, le suplicó a los policías que le dispararan y a Julieta le gritaba que se despertara.

Le hicieron un test de alcoholemia, el cual dio que tenía 1,41 gramos de alcohol en sangre, lo que supera ampliamente el límite establecido por ley, de 0,5 gramos de alcohol en sangre. Fue trasladado a la Comisaría 25, donde quedó detenido.

Además, algunos testigos declararon que lo vieron pasar a más de 160 kilómetros por hora, por lo que habría circulado en exceso de velocidad.

Estos fueron los agravantes que vio el fiscal Giunta para acusarlo por dolo eventual y de esa forma tener una pena más elevada.

Pero el chico no salía del shock, por lo que se ordenó que el mismo lunes fuera llevado al Hospital El Sauce, para calmarlo. Estuvo allí hasta que el martes a la noche fue imputado y regresó a los calabozos de la Comisaría, donde tuvo asistencia psicológica y psquiátrica.

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El papá de Julieta

A pesar de la muerte de su hija, Luis Testa dijo que no tiene nada que perdonar y que no quiere que el novio de su hija pague una pena en la cárcel.

Aseguró que su condena más grande está en su cabeza, lo que se llama pena natural, y que debería hacer trabajos comunitarios y enseñarles a otros jóvenes lo que pasa al manejar alcoholizado.

Para reafirmar esto, Luis fue a visitar a Sergio a la Comsiaría 25: "Lo fui a saludar, a charlar un ratito con él para sacarle un poco de encima el peso que lleva como carga", dijo.