Dictaron la prisión preventiva

Revés judicial para la banda de los Pichones por el crimen de un niño de 10 años

Un juez ordenó que el sexteto de sospechosos del crimen de Benjamín Rivas, ocurrido a fines del año pasado, continúen alojados en la penitenciaría

Un niño de 10 años que estaba en la calle jugando con su teléfono celular. Una ráfaga de disparos que terminó con su vida. Una pelea entre dos bandas barriales que desataron el crimen en Guaymallén. Esta es la teoría que tiene la Fiscalía por el asesinato de Benjamín Rivas, ocurrido a fines del año pasado, y que tuvo el visto bueno de un juez en los últimos días.

Desde hace un puñado de semanas que se viene discutiendo la situación de los Pichones, como se llamaba la banda de los sospechosos del crimen del niño. La fiscal de Homicidios Claudia Ríos solicitó la prisión preventiva de Nahuel Agustín Pérez (27), Melisa Magalí Muñoz (26), Leonardo Andrés Porra (30), Cristian Marcelo Pomar (32) y los hermanos Maximiliano Leonel (23) y Octavio Nahuel (19) Figueroa. Todos están imputados como coautores de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, excepto Nahuel Pérez que está sindicado como el autor material de los disparos.

Pese a la oposiciones de los abogados defensores, que básicamente pidieron la libertad o al menos la prisión domiciliaria de sus clientes, el juez Gabriel Bragagnolo hizo lugar al pedido de la fiscal y ordenó que los seis sospechosos del crimen continúen alojados en la cárcel mientras avanza la investigación en su contra por la que arriesgan una pena de entre 10 y 33 años de cárcel, aunque fuentes judiciales adelantaron que la calificación se podría agravar si se comprueba que el niño fue atacado con alevosía, por la espalda.

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Benjamín Rivas, la víctima del crimen en Guaymallén.

Benjamín Rivas, la víctima del crimen en Guaymallén.

La teoría de la Fiscalía sobre el crimen

Los distintos testigos que han declarado en la causa por el crimen, sobre todo dos de identidad reservada, han dejado en claro que existían diferencia entre la banda de los Pichones y los Patitos, tal como les decían a la familia Rivas. Algunos apuntan a que era por el manejo de la droga en ese barrio de Los Corralitos mientras que otros sostienen que hubo una pelea a golpes de puño anterior porque un hermano del niño asesinado les había prestado una tijera para podar ajo que nunca fue devuelta.

De una forma u otra, dos vehículos se detuvieron en la medianoche del 22 de diciembre de 2024 frente al domicilio ubicado en el callejón Mortaro y efectuaron una serie de disparos. El niño, que estaba en la vereda tratando de conectarse a una red WiFi para jugar con su celular, terminó baleado en el tórax y murió a los pocos minutos convirtiéndose en la víctima del crimen.

El presunto autor de los disparos, Nahuel Pérez Cisterna, declaró en la causa e intentó desligarse del crimen. Aseguró que al momento del hecho estaba tomando drogas con unos amigos en su casa y que en ese momento llegó Cristian Pomar quien les dijo que venía de "agarrar a tiros a los Patitos. Ahora me voy a comprar más balas".

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El lugar donde ocurrió el crimen en Guaymallén.

El lugar donde ocurrió el crimen en Guaymallén.

El propio Cristian Pomar se autoincriminó en el expediente por el crimen ya que admitió haber sido la persona que efectuó los disparos porque "los Patitos me debían 1.000 pesos por droga". En tanto que los hermanos Figueroa también brindaron su versión y plantearon coartadas, ubicándose en otro lugar al momento del hecho de sangre.

Para la Fiscalía, todas son maniobras evasivas en busca de entorpecer la investigación ya que el resto de los testigos en la causa han señalado que en uno de los vehículos se encontraban Nahuel Pérez -quien efectuó los disparos- junto a Cristian Pomar, Leonardo Porra y otro sujeto sin identificar; mientras que en otro rodado de color negro se dirigían Melisa Muñoz y los hermanos Figueroa.

Incluso la investigación sostiene que mientras la víctima del crimen, el niño Benjamín Rivas, agonizaba en un centro de salud cercano, Melisa Muñoz -que en ese momento debía estar en prisión domiciliaria por una causa de narcotráfico- le llamó por Facebook a su madre y la amenazó con quitarle la vida.

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