Un hermano de Luis "Pollo" Bassi deberá cumplir una condena de 3 años y 8 meses de prisión por la portación de un arma calibre 38 que fue hallada debajo de su asiento cuando el Chevrolet Astra que conducía fue interceptado en un control de Gendarmería Nacional en Villa Gobernador Gálvez, a fines de 2014. La pena fue confirmada por un tribunal de segunda instancia que no aceptó el argumento defensivo de Bassi, quien dijo que su vida estaba en peligro porque poco tiempo antes habían asesinado a tres miembros de su familia en actos de venganza aún no aclarados.
"Una protección en el manejo ilegal de armamentos entre los integrantes de bandas criminales enemigas es inaceptable en un Estado de Derecho", dice el fallo de los jueces de Cámara Alfredo Ivaldi Artacho, Georgina Depetris y Guillermo Llaudet. La sentencia fue impuesta a Marcelo Fabián Bassi, de 42 años, quien había sido condenado como autor del delito de portación ilegítima de arma de guerra por el juez de primera instancia Gustavo Pérez de Urrechu, tras un juicio.
Venganza sangrienta
Su hermano Luis Bassi, ex barra brava de Newell's Old Boys, fue absuelto este año por ordenar el crimen del ex jefe de Los Monos, Claudio "Pájaro" Cantero, el 26 de mayo de 2013 frente a un boliche de Villa Gobernador Gálvez. A partir de esa sindicación mataron a su padre y a dos hermanos en ataques a tiros aún no esclarecidos. El 21 de octubre de 2014 fue asesinado su padre Luis Bassi, de 61 años, con al menos diez tiros calibre 9 milímetros mientras tomaba mates en la vereda de su remisería de Villa Gobernador Gálvez. Antes habían sido ultimados sus hijos Leonardo, de 36 años, el 31 de diciembre de 2013 frente a la misma remisería; y Maximiliano, de 34, muerto a tiros el 11 de febrero de 2014 en la puerta de su casa.
Dos meses después de la ejecución de Bassi padre, la mañana del 12 de diciembre de 2014, Marcelo Bassi manejaba un Chevrolet Astra en el que iban otras tres personas cuando agentes de Gendarmería, como parte de un control de rutina, lo frenó y le solicitó la documentación del vehículo. En esa situación los gendarmes descubrieron dos armas, un revólver calibre 38 bajo el asiento del conductor y una pistola calibre 9 milímetros debajo de la butaca del acompañante. Esta última fue atribuida al hombre que viajaba junto a Bassi, Raúl Fernández, quien fue condenado por esa portación.
En defensa propia
El control había sido dispuesto por Gendarmería Nacional en el marco de un Operativo de Seguridad Ciudadana en Villa Gobernador Gálvez debido a los hechos de violencia ligados al narcotráfico. La defensa de Bassi, al apelar la condena, cuestionó la medida y señaló que la requisa carecía de fundamentación.
Planteó además que "no se tuvo en cuenta la situación de Bassi" que necesitaba defenderse de los criminales que "fueron matando uno a uno" en su familia, de la que eliminaron a "tres integrantes en un radio de 200 metros" y en pocos meses. Sostuvo que por eso el delito debía exculparse ante su necesidad de defenderse y que además "no se encontraba llevando a cabo ninguna actividad ilícita, iba a comprar materiales para construcción".
Estos planteos fueron rechazados en el primer voto del juez Ivaldi Artacho, al que adhirió su par Depetris, mientras que Llaudet se abstuvo de votar porque ya existían dos opiniones coincidentes. El juez primero respaldó el operativo, diagramado en un contexto en el que "se intensificó la violencia en la calle tras la aparición y competencia de bandas delictivas, lo que fue muy fuerte desde el año 2012 y 2013. En particular con la instalación en vastos territorios de nuestra ciudad del fenómeno de una creciente narcocriminalidad y su espiral de inseguridad y muerte".
Fundamentos
Por otro lado, Ivaldi Artacho no encontró elementos para justificar el delito por un estado de necesidad —se avala causar un mal menor para evitar un daño mayor— sólo por el temor de Bassi a ser atacado. "No se ha probado que el acusado haya estado impedido de tramitar autorización para la compra, portación o tenencia de armas". Este argumento, según el fallo, "no resulta admisible en un Estado de Derecho".
Con respecto a la falta de fines lícitos en la portación del arma —lo que, de probarse, permite reducir la pena— el juez entendió que ese supuesto no se comprobó de manera evidente en el juicio. En cambio, remarcó que Bassi fue sorprendido "portando sin autorización legal el revólver calibre 38 con carga útil, en condiciones de uso inmediato, apto para el disparo".
El fallo resalta que con él "estaba el coimputado Fernández, el mismo brindó identidad falsa a nombre de Moro, exhibió un DNI adulterado, era un convicto que se encontraba en clara situación de ilegalidad al contar con captura por no retornar de salidas transitorias otorgadas en el curso de su ejecución penal en la provincia de Buenos Aires". Y remarca que debajo suyo se encontró una pistola con la numeración limada.
Por esto, la sentencia concluye: "Bajo ningún aspecto puede asegurarse con certeza o evidencia que el armamento objeto de reproche era portado por Bassi sin fines de utilización ilícita". Con esos argumentos se confirmó la pena.