Así es como, de darse con el paradero, los cuatro nuevos imputados se sumarían al único acusado hasta el momento, quien no estaría solo a la hora de la condena, sino también con todos aquellos que de alguna u otra forma estuvieron y participaron en la gresca.
La cuenta que tenía Ríos era de al menos 15 involucrados que quedarían por atrapar y algunos habían comenzado a ser identificados por sus apodos y características físicas. No se descarta, entonces, que haya nuevos detenidos.
Según el Código Penal argentino, el coautor de un delito puede recibir hasta la misma pena que el autor y esto suele darse en ocasiones en las que participa más de una persona en un hecho delictivo, como sucedió en este caso.
Aunque no hayan sido quienes gatillaron el arma, estuvieron ahí y avalaron la acción de quien sí lo hizo.
El enfrentamiento que se cobró una vidaEl 26 de diciembre, Gustavo Pelegrina –de 29 años, casado, padre de dos hijos y de uno que aún está en el vientre de su viuda– estaba en la cancha del Polideportivo de Guaymallén (Poliguay) mirando un partido de fútbol sala entre la Municipalidad de San Martín y el equipo local.
Sorpresivamente, más de 15 barras del Club Atlético Argentino, de la calle Mitre de Guaymallén, llegaron en motos y entraron a la fuerza al polideportivo. Con piedras, palos y armas de fuego, iban en busca de los bombos de Independiente Rivadavia que tenía la hinchada del Poliguay, como trofeos de guerra.
Una batahola se generó en pocos minutos y algunos testigos señalaron que escucharon al menos seis disparos. Uno de los tiros fue a parar a la cabeza de Pelegrina, quien en medio de los disturbios habría intentado huir pero no lo logró. La bala que fue fatal para él lo alcanzó cerca del estacionamiento, afuera de las instalaciones del club.
Ese sector está del lado opuesto a la puerta de la calle Gomensoro, por donde se dice que ingresaron los atacantes de la barra de Argentino para dar el golpe, supuestamente, a sus pares de la Lepra que estaban en el lugar.