Encontraron material genético del principal sospechoso del crimen en Godoy Cruz en el cadáver de Federico Germán Scattareggi
La situación de Ángel Buenaventura es cada día más apremiante para el jóven de 18 años acusado de matar a su empleador.
El panorama es complicado para Ángel Gastón Buenaventura (18), único acusado por el crimen de Federico Germán Scattareggi (49), el dueño de una panchería asesinado en mayo en su local de calle San Martín Sur al 2.500, de Godoy Cruz, de 65 puñaladas.
Las nuevas pruebas de ADN practicadas sobre el cadáver de la víctima determinaron que debajo de las uñas de una de sus manos hay material genético que coincide con el del principal sospechoso, lo que podría indicar una intención de defenderse del ataque.
Además, en las zapatillas secuestradas a Buenaventura durante su detención encontraron una mezcla de ADN de ambos. Esto se debe principalmente a que el joven habría pisado la sangre derramada en el piso, pero también a que la víctima tenía las manos lastimadas durante el ataque.
Estos peritajes fortalecen las sospechas sobre el único acusado y su participación en el hecho. La causa está en manos de la fiscal de Homicidios, Florencia Díaz Peralta, quien ya lo imputó por homicidio agravado por ensañamiento, considerando la saña con que fue atacada la víctima.
En caso de ser hallado culpable, Buenaventura arriesga la pena única de prisión perpetua.
¿Por qué un joven de 18 años asesinaría de 65 puñaladas a su empleador de 49 años? Es una incógnita que todavía no tiene respuestas, pero hay indicios que pueden clarificar el caso. Si bien aún no hay una prueba contundente -ya que Buenaventura se ha negado a declarar-, existe una pista en el teléfono de la víctima que aporta algunos elementos.
Se trata de un préstamo pedido a través de Mercado Pago el mismo día del crimen y transferido su monto en su totalidad a una cuenta vinculada al sospechoso.
Esta prueba se suma a otros testimonios incorporados en el expediente que mencionaron que Buenaventura le insistía a Scattareggi que le pague más dinero para poder irse a vivir con su pareja, ya que estaba pronto a ser padre.
Gran Pancho, era un local muy reconocido de la San Martín Sur, sobre todo por jóvenes. Su dueño, Scattareggi era conocido y valorado en Godoy Cruz lo que provocó una gran conmoción.
La reconstrucción policial indicó que hasta el domingo el hombre de 49 años trabajó en su local comercial junto a su presunto asesino. En un momento de la noche, antes del cierre, una persona, siendo la principal sospechosa Buenaventura, le asestó 65 puñaladas en su cuerpo y lo mató.
El hermano de la víctima fatal fue quien lo encontró cuando se dirigió a la panchería. El local estaba cerrado por fuera con un candado manchado de sangre. Al ingresar, se encontró con su familiar tendido en el piso del baño y con varias heridas de arma blanca. Llamó a la Policía y comenzó la investigación por el crimen.