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Las pruebas del crimen
Ángel Buenaventura quedó complicado en el expediente por varias pruebas. Testigos apuntaron a que fue la única persona que se encontraba trabajando con Federico Scattareggi en la noche del domingo, la última vez que fue visto con vida la víctima en su local ubicado en el barrio Trapiche de Godoy Cruz.
No sólo eso sino que, al momento de ser detenido, el empleado de 18 años tenía varios cortes en sus manos y brazos por los que se había hecho atender en el Centro de Salud 31 ubicado en Luján de Cuyo, a pocos metros de su casa. Para los investigadores, esto devela que fue la persona que apuñaló a la víctima del crimen.
Además se incautaron en su casa elementos que tenían manchas hemáticas, como papel de limpiar y prendas de ropa, los cuales están siendo analizados por el Laboratorio de Huellas Genéticas Forense para determinar si la sangre era de la víctima del crimen.
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El crimen en Godoy Cruz
Federico Scattareggi era el dueño de una panchería ubicada en calle San Martín al 2.505, del barrio Trapiche de Godoy Cruz.
Hasta el domingo en la noche estuvo trabajando en el lugar llamado Gran Pancho, pero a su entorno le llamó la atención que nunca regresó a su domicilio como siempre lo hacía en horas de la madrugada. Sobre todo teniendo en cuenta que los lunes no solía abrir el comercio.
Su hermano se dirigió hasta el lugar y se encontró con el vehículo de la víctima fatal, un Toyota Etios, estacionado en la puerta. La panchería estaba cerrada por fuera con un candado que tenía manchas de sangre. Al ingresar, se encontró con el dueño del lugar tendido en el piso del baño y con varias heridas de arma blanca. Llamó a la Policía y comenzó la investigación por el crimen.
