Diego Méndez (22) ingresó al Bº Lihué en su Peugeot 206 con un amigo. Allí los abordaron 4 maleantes. El joven, dueño de un local de condimentos, les dio $2.000, pero aún así lo mataron de un tiro en la espalda.

Fue a buscar a un sobrino y lo ejecutaron de un disparo en un asalto

Por UNO

Un certero y mortal disparo en la espalda fue suficiente para acabar con la vida de un joven de 22 años que fue asaltado cuando ingresó al barrio Lihué, de Guaymallén, a buscar a un sobrino. Al muchacho que manejaba su Peugeot 206, e iba acompañado de un amigo, lo atacó una banda de cuatro maleantes que lo hizo bajar del auto, le quitó la billetera y pese a que les dio el dinero que buscaban, unos $2.000, uno de los delincuentes lo ejecutó a corta distancia.

Hace poco menos de un año, Diego Méndez (22) regresó de España, el país en el que había vivido los últimos siete años ganándose la vida en distintos trabajos. Aparentemente afectado por la crisis del país europeo,  Méndez emprendió la vuelta el 19 de febrero del 2013 y volvió al barrio Pedro Molina I, donde creció y continúa viviendo su familia. Con los ahorros que pudo reunir montó un negocio de venta de condimentos y en él empleó a  su amigo de años Jonathan Chávez.

Justamente con ese amigo salió el lunes a la noche en su Peugeot 206 a buscar a un sobrino que estaba en el barrio Lihué.

Testimonios

“Estábamos a tres cuadras de la casa del sobrino cuando se nos cruzaron cuatro tipos, dos de cada lado, y mi amigo se puso tan nervioso que se le paró el auto. Ahí nos hicieron bajar y a Diego le apuntaron en la cabeza. A  mí me metieron las manos en los bolsillos y cuando me fui a dar la vuelta por atrás del auto, vi que Diego iba a darles unos billetes sueltos que tenía en el torpedo del auto. En ese momento, uno de los tipos le disparó en la  espalda y salieron corriendo”, contó ayer Jonathan Chávez (23), el amigo que la noche del lunes iba con Méndez cuando fue baleado.

Según su relato, él cargó a su amigo en el auto y lo llevó al Hospital Central, donde el muchacho murió cerca de las 22.30: el disparo que recibió le ingresó por la espalda y le salió por el pecho.

Más tarde, el joven que sobrevivió al ataque fue a la casa de Méndez y tras avisarle a la madre lo que había ocurrido le devolvió la billetera vacía y los $126 que habrían quedado en el auto del muchacho asesinado.

“Él tiene que haber llevado unos $2.000 encima, porque al otro día teníamos que comprar mercadería”, contó escuetamente Víctor Méndez, el padre del joven ultimado, desde el velatorio que la familia realizó en un salón de  Gomensoro y Servet.