Por ahora, esta fue la mejor opción que encontró el Equipo Interdisciplinario Local (ETI) para el resguardo de los niños, quienes literalmente se quedaron con lo puesto, sin documentos ni ropa debido a que aún no se puede ingresar a la casa de Jésica Olguín por diversas medidas que faltan realizar en la escena del femicidio.
Lo único que se sabe es que al pequeño de 7 años le contaron que su mamá se había ido al cielo y que no podría volver de allí.
Otro de sus hijos, de 12 años, producto de una relación anterior, quedó con su familia paterna. El chico había terminado la primaria, y con mucho orgullo su madre lo contó por las redes sociales, quien ya se preparaba para acompañarlo en sus primeros pasos por la secundaria.
Finalmente, su hijo más grande vive con su padre en Mar del Plata, de donde Jésica era oriunda. A pesar de la distancia, sus allegados aseguraron que siempre estaba pendiente de su primer hijo, de quien también siempre se mostró muy contenta por sus logros.
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Su llegada a Mendoza
La mujer llegó a Mendoza hace 10 años, junto con Juan Manuel Tarres. Él trabajaba como electricista, pero con el correr del tiempo ella también empezó a trabajar debido a que el dinero no alcanzaba.
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Durante unos años fue la cocinera de un restaurante ubicado frente al hospital Notti, en Guaymallén, hasta que llegó la pandemia y no pudo continuar. Se contagió de Covid y una amiga que le llevaba mercadería le consiguió varios productos para que ella revendiera y de esa manera pudiese juntar algo de dinero para alimentar a su familia.
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En medio de esta situación, Jésica se enteró que esperaba su segundo hijo con Tarres. En octubre del 2021, cuando su hijo era solo un bebé, la pareja tuvo una fuerte pelea, en la cual él le habría golpeado la cara, la ahorcó contra una pared y le dijo: "Andate de acá porque te voy a matar hija de puta".
Con el incondicional apoyo de una amiga que había vivido una situación similar, Jésica denunció al padre de sus hijos. En el Cuerpo Médico Forense, un médico constató las lesiones que ella había detallado en la denuncia y todo coincidió con su relato.
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Estas fueron las marcas que Jésica Olguín denunció que se las causó Juan Manuel Tarres cuando quiso ahorcarla.
Luego, se instaló unos días en la casa de una amiga, hasta que fue enviada a un refugio donde estaba con sus hijos y protegida de cualquier ataque de su ex pareja, especialmente al enterarse que lo había denunciado.
El hombre fue detenido por la Policía el 5 de noviembre del 2021, fue imputado por violencia de género, pero al no tener antecedentes quedó en libertad con una prohibición de acercamiento y de cualquier tipo de comunicación con Jésica.
Mientras, la mujer siguió trabajando con la venta de productos de belleza, maquillajes y también juguetes o elementos para niños. Con ese dinero, además de la asignación por sus hijos, pudo alquilar el departamento de calle Molinero Tejeda 3.112, en el barrio Los Chiles, de Las Heras.
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La tranquilidad de la víctima
Su amiga estuvo con ella por última vez en la tarde del sábado. Dijo que la vio bien, y especialmente tranquila, debido a que le había contado que el padre de sus hijos más chicos hacía un tiempo que no aparecía y que no la amenazaba.
"Yo fui testigo de cómo la trataba, era horrible, le decía barbaridades que no puedo ni repetir. Yo fui con ella cuando lo denunció, yo vi cómo le dejó la boca y el cuello marcados", indicó la amiga, quien prefirió que no se revelara su nombre por temor a represalias.
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Jésica Olguín, tenía 33 años y era madre de 4 chicos.
Jésica le había contado a su confidente, que su ex suegra le dijo que Tarres "se había ido a rehabilitar por su adicción a las drogas, o por lo menos eso era lo que la mujer creía".
A pesar de todo, y de la denuncia y evidencia que dio la víctima por violencia de género, Juan Manuel Tarres nunca se presentó a las audiencias a las que fue citado.
La madre de sus hijos tenía la esperanza que alguna vez lo detuvieran por otro delito, y de esa manera quedaría preso pero esto nunca pasó. Hasta el lunes, que fue capturado luego de confesarle a sus familiares que había cometido el femicidio.
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