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El joven que murió tras el robo y la dura condena en Corea del Norte.
El robo que desató todo
A finales de 2015, Otto Warmbier se unió a un tour organizado por una agencia china que promocionaba “viajes económicos a destinos de los que tu madre preferiría que te alejaras”. Literal que las vacaciones iba a cumplir esa premisa.
El 29 de diciembre de 2015, llegó a Pyongyang, la capital de Corea del Norte, junto a un grupo de turistas, incluyendo otros ciudadanos estadounidenses, para celebrar el Año Nuevo. Durante el viaje, participó en actividades típicas de un turista.
Cuatro días después, cuando Otto Warmbier se disponía a abandonar Corea del Norte, fue detenido por las autoridades norcoreanas. Las autoridades decían que había intentado robar un cartel de propaganda política de una zona restringida del hotel.
Este simple robo fue calificado como un “crimen hostil contra el Estado”. Un video de baja calidad, presentado como evidencia, mostraba a alguien descolgando y robando un póster, aunque la veracidad de esta prueba sigue siendo cuestionada.
El 29 de febrero de 2016, el joven apareció en una conferencia de prensa en Corea del Norte, visiblemente angustiado, confesando entre lágrimas haber cometido “el peor error de mi vida”.
En su declaración, afirmó que actuó en complicidad con una iglesia metodista de Estados Unidos y una sociedad secreta de su universidad, una confesión que muchos consideran forzada, dado el historial de Corea del Norte de obligar a detenidos extranjeros a hacer declaraciones públicas bajo coacción.
El 16 de marzo de 2016, fue condenado a 15 años de trabajos forzados por el robo, en un juicio cuestionado por organizaciones de Derechos Humanos a nivel internacional.
La muerte tras el robo
Poco después de su sentencia por el robo del póster, Otto Warmbier cayó en un estado de coma, según las autoridades norcoreanas, debido a un supuesto caso de botulismo seguido de la ingesta de una pastilla para dormir.
Los médicos estadounidenses que lo examinaron posteriormente no encontraron evidencia de botulismo, y la causa exacta de su estado sigue siendo un misterio.
Durante 15 meses, Corea del Norte mantuvo en secreto su condición médica, mientras su familia vivía en la incertidumbre. Finalmente fue liberado el 12 de junio de 2017 por “razones humanitarias”.
Cuando llegó a Estados Unidos el 13 de junio, su estado era devastador: ciego, sordo, con daño cerebral severo, incapaz de hablar o responder a estímulos. Sus padres describieron un encuentro desgarrador, con Otto Warmbier emitiendo “sonidos inhumanos” y mostrando signos de deterioro físico.
Seis días después de su regreso, el 19 de junio de 2017, Otto Warmbier falleció. Los médicos atribuyeron su muerte a una falta de oxígeno y sangre en el cerebro, pero no encontraron signos evidentes de tortura física. El robo no sólo derivó en la dudosa muerte del joven sino también en un capítulo más del conflicto diplomático entre Corea del Norte y Estados Unidos.