Una joven de 26 años tardó años en denunciar a su propio padre luego de 10 años de ser víctima de abuso sexual. Las abogadas de la joven contaron que la Justicia tardó más de un año en imputarlo. Arriesga una pena de 8 a 20 años, pero consiguió que le dieran la prisión domiciliaria. Luego de un episodio de incumplimiento se la revocaron y fue al penal, pero otro juez se la devolvió.
Está imputado por abusar de su hija, arriesga una pena de hasta 20 años y tiene prisión domiciliaria
Fue víctima de abuso sexual durante 10 años hasta que se animó a denunciar a su padre. Fue imputado y le dieron la prisión domiciliaria. Su hija vive con miedo
Las abogadas Josefina Ferro y Paula Vetrugno son las querellantes de la víctima y contaron que recién en 2023 la joven se animó a denunciar a su padre, con mucho apoyo de su madre y de los familiares más cercanos.
Pese a que el expediente ya contaba con la declaración de la víctima, testigos, de la psicóloga y psiquiatra de la víctima, además de otras pruebas y pericias oficiales, la Fiscalía de Delitos contra la integridad sexual imputó al denunciado recién el año pasado.
La acusación contra el hombre de 56 años es abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y por ser el autor encargado de la guarda en un número indeterminado de hechos con exhibiciones agravadas por ser la víctima menor de edad, lo que prevé una pena de 8 a 20 años, lo que significa que en el caso que sea encontrado culpable por la Justicia, no tiene chances de evitar ir al penal.
A pesar de esta dura acusación por los 10 años en los que abusó sexualmente de su propia hija, el hombre tiene el beneficio de prisión domiciliaria, lo que genera mucho temor en la víctima, quien aseguraron que está muy traumatiza por lo vivido.
El largo camino hasta la denuncia por abuso sexual
Según la denuncia, sus padres se separaron cuando era chica. Los abusos sexuales del hombre hacia su hija comenzaron cuando tenía entre 7 o 9 años, y se mantuvieron hasta los 18 años. El hermano de la víctima, también menor de edad, estaba en la casa de su padre cuanto esto ocurría.
Debido a estos episodios, ella comenzó con comportamientos que nadie comprendía, al punto tal que tenía ataques de pánico con el solo hecho de ir al colegio, y durante un año estudió en su casa. Mientras hacía terapia con una psicóloga y una psiquiatra, pero en las sesiones, la niña en ese momento nunca hizo referencia a lo que pasaba con su padre.
Recién después de los 18 años la víctima contó algunas de las situaciones de abuso sexual que vivía en la casa del hombre, y luego de mucho trabajo recién en 2022 comprendió que durante toda su infancia fue víctima de abuso sexual. En 2023 finalmente se animó a denunciar, gracias a todo el apoyo que le dio su madre.
Las declaraciones de la psicóloga y la psiquiatra que constan en el expediente revelaron que quien la llevaba a terapia siempre era el padre. Una de ellas detalló que siempre quería estar presente en las sesiones, algo que no es posible debido a la confidencialidad con el paciente. Dijo que nunca le había pasado algo así y por esa presión que el padre ejercía sobre la joven fue que tardó tanto tiempo en hablar de lo que padecía.
Luego de la imputación del hombre, quedó detenido y fue trasladado al penal San Felipe, pero en la audiencia de prisión preventiva la defensa del acusado solicitó la domiciliaria debido a que no tenía otros antecedentes, tenía una casa donde podía estar y ser monitoreado, también contaba con trabajo que podía seguir en remoto, y no había riesgo de fuga. Así la consiguieron.
Las querellantes de la víctima señalaron que desde este año notaron que el imputado pedía muchos permisos para ir al médico, especialmente para ir al odontólogo, pero que nunca habría presentado los certificados correspondiente.
El incumplimiento de la domiciliaria del acusado por abuso sexual
Según relataron las abogadas Josefina Ferro y Paula Vetrugno, en agosto pasado el acusado de violar a su hija durante 10 años, pidió autorización una vez más para ir al médico, pero ese mismo día lo vieron en un evento de la empresa para la que trabaja de manera remota, ya que es productor de seguros.
Fueron varias las personas que alertaron sobre la presencia del acusado, pero también quedaron pruebas ya que el hombre firmó el libro de asistencia de dicha empresa. Estuvo una hora y regresó a su casa donde cumple la prisión domiciliaria.
Al enterarse de esta situación, las querellantes pidieron que se revocara el beneficio que tenía por no haberlo cumplido. El juez de primera instancia Diego Flamant, le sacó la prisión domiciliaria y fue enviado nuevamente al penal San Felipe.
Pero los defensores del acusado por abuso sexual apelaron, y el lunes tuvieron una audiencia en la que el juez del Segundo Tribunal Penal Colegiado Ramiro Salinas volvió a otorgarle el beneficio ya que consideró que no violó la prisión domiciliaria: "Desde mi punto de vista el hecho de pararse en ese lugar no representa un riesgo de fuga" ni tampoco pone el peligro a la víctima, y le dio una segunda oportunidad.





