También dejó en claro que todavía recuerda el camino que debe tomar, ya que se maneja las corrientes correctas para regresar a Brasil. Se trata de las corrientes cálidas que debe seguir también para regular su temperatura corporal.
El tortugo Jorge y su recorrido por el mar
El transmisor que le colocaron en su caparazón pesa apenas 300 gramos, algo prácticamente imperceptible para el tortugo Jorge, es fundamental para los científicos. Esta es la única manera para saber dónde está y si sigue con vida.
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Este es el transmisor que le colocaron al tortugo Jorge en su caparazón para monitorear por dónde va.
No se puede saber a ciencia cierta cuánto tiempo se queda en un lugar o qué hace, ya que este rastreador marca solamente cada vez que Jorge sale a la superficie para respirar. Pero con esa información es suficiente para mostrar por dónde va.
El único temor que tienen los especialistas es que hay zonas que deberá transitar en las que encontrará mucha comida y presas fáciles con las que puede hacerse un gran festín, pero también hay mucha basura y plásticos, principalmente los que son plateados que puede confundirlos con alimento.
Pero sin ese inconveniente, saben que el tortugo Jorge está en condiciones para recorrer nuevamente las zonas donde vivió los primeros 20 años de su vida, antes de desorientarse en la costa Argentina en 1984. Mendoza lo recibió ya que era la única provincia del país que tenía lugar para alojarlo en el Acuario Municipal de Capital.