Jorge Orellano le pidió a su asesora legal declarar ante la fiscalía por el asesinato a golpes de la niña de 3 años en el cual está imputado como autor material.

El padrastro de Luciana, alojado en el pabellón de los violadores, solicitó declarar y hablará este lunes

Por UNO

En una decisión sorpresiva para los investigadores, Jorge Orellano, acusado de matar a golpes a la pequeña de 3 años Luciana Rodríguez, solicitó ayer declarar ante la fiscalía para defenderse de la imputación de homicidio agravado por alevosía.

La novedad causó cierto asombro, ya que es el único sospechoso como autor material del crimen y las pruebas iniciales en su contra lo dejan muy comprometido.

Sin embargo, el padrastro de Luciana piensa hablar y lo hará el lunes ante la fiscal Daniela Chaler.

Aunque se desconoce completamente qué va a decir, se presume que se declararía inocente o que, como mucho, ensayaría algún tipo de argumento con resultados accidentales e imprevistos sobre la muerte de la menor, algo que la pericia forense tendría descartado.

La declaración de Orellano estuvo prevista inicialmente para ayer a la mañana, pero las urgencias del turno de la fiscalía y la operatividad del Sistema Penitenciario obligaron a posponer su versión para la semana que viene.

El hombre de 36 años, quien ya estuvo preso durante seis años por varios delitos entre el 2003 y el 2009, cuando regresó a las calles con libertad condicional, volvió tras las rejas el miércoles a la tarde. Luego de ser enviado al penal de Boulogne Sur Mer, el Servicio Penitenciario ordenó su traslado inmediato a la cárcel de máxima seguridad Almafuerte, en Luján de Cuyo.

Al pabellón de los violadoresAllí, pasó su primer día en el sector de Admisión y en la tarde del viernes fue alojado en el pabellón de los abusadores y explotadores sexuales, donde también hay procesados por el asesinato de niños. Se trata del módulo 4, que alberga a unos 250 presos vinculados a delitos sexuales.

Entre ellos está Alejandro Amitrano, padre de la pequeña Belén, quién murió con un año de vida por maltrato infantil en 1999.

Amitrano fue detenido el año pasado tras permanecer prófugo 13 años, mientras espera el juicio oral y público acusado de la muerte de su hija.

La razón por la que Orellano va al pabellón de los violadores es –aunque le parezca inverosímil a cualquiera– para garantizar su seguridad y su vida.

Es que los abusadores sexuales en general no son violentos y, de hecho, sus pabellones se caracterizan por ser mucho más tranquilos en comparación con el resto la población penitenciaria.

Como dijo una fuente del sistema carcelario a Diario UNO: “Tenemos que alojarlo allí, es el único lugar, porque en cualquier otro pabellón lo van a matar”.

Es así de simple. Para los presos, “los violadores, los mataniños y los que asesinan a su madre no merecen vivir”, comentó la misma fuente, poniendo de relieve los desafíos a los que se enfrenta el sistema cuando deben recibir a personas acusadas por ese tipo de delito.

Y ése no es el único inconveniente, porque también está preso un tío materno de Luciana y en las próximas horas ingresará al Sistema Penitenciario el papá biológico de la niña, Franco Aguirre, detenido el viernes por un homicidio ocurrido el 5 de enero.

-Con la menor. Hasta donde se sabe, Jorge Orellano estaba solo con Luciana y las hermanas de ella –de 18 y 6 meses– cuando se suscitó la golpiza mortal. La madre de la niña, Evelyn Rodríguez, estaba trabajando en la calle.

-En la clínica. Fue Orellano quien apareció con el cuerpo de la menor envuelto en una sábana en una clínica privada del centro. Los médicos ratificaron que pidió ayuda, que se quedó unos minutos y que desapareció del lugar rápidamente.

-Lo vieron. Dos cuidacoches vieron a Orellano pasar de ida y vuelta a la clínica, y a los médicos que salieron tras él y a la policía les indicaron adónde vivía, lugar donde fue detenido solo, con las otras dos chiquitas.