Renzo y Gina estaban con él en calle Remedios de Escalada y Cipolletti cuando dos delincuentes entraron a cara descubierta. Vecinos se quejaron por la demora del 911 para atender.

El comerciante de Dorrego fue asesinado frente a sus dos hijos que estaban en el minimarket

Por UNO

Luis Néstor Berardy (50), comerciante de Dorrego, Guaymallén, fue acribillado a balazos por dos delincuentes armados delante de sus hijos, mientras estaba atendiendo su negocio. Lo ejecutaron con dos disparos: uno en el pecho y el otro en un brazo.

El asesinato del hombre provocó un gran dolor e indignación en más de un centenar de vecinos que ganaron la calle insultando a la Justicia y a la Policía, y calificando a los asesinos como “estos negros de mierda que nos  cagan la vida todos los días”.

Hubo quejas por el 911, que no atendió el llamado, según dijeron. El trágico suceso, que enluta a una familia de Los Corralitos, sucedió después de las 21, cuando Berardy estaba atendiendo junto a sus hijos Renzo y Gina,  ya que el drugstore es un negocio familiar que levantaron con mucho sacrificio.

Los dos delincuentes entraron a cara descubierta cuando en el local había una clienta y le apuntaron al hombre sin darle tiempo a nada. Fue una verdadera ejecución.

Las detonaciones y los gritos de los hijos alertaron a todo el vecindario de Remedios de Escalada y Cipolletti, quienes ganaron la calle y a los gritos arremetieron contra todas las autoridades.

Pero más desgarradoras fueron  las escenas de la familia, especialmente de Renzo y Gina. La joven tuvo que ser asistida mientras llamaba a su padre: “Papá, así no se puede vivir sin vos. No me importa más nada”. Varios familiares tuvieron que contenerla cuando entró en estado de shock, se negaba a que su padre fuera llevado al forense y pedía por su mamá.

Mientras, seguía el coro de voces del vecindario disparando munición gruesa hacia la Justicia, “que no tiene cojones y los deja salir a las dos horas”.

Después llegaron los otros dos hijos del hombre, quienes tambalearon al tomar conocimiento de la tremenda noticia, que por momentos no les daba capacidad de reacción. Luego se unieron en un fuerte abrazo con sus hermanos y los gritos de dolor se escuchaban a 50 metros de distancia.

Todo el vecindario coincidió en señalar que Luis era “un hombre excelente y muy querido por todos. Sólo por trabajar de decentemente le pasó esto y a los delincuentes se les tienen todas las consideraciones".