Por Leonardo [email protected]
El detenido tiene 24 años y conoció a la víctima a través de una página de citas. Al parecer, planeó el crimen para robar. La víctima murió por asfixia.
El detenido tiene 24 años y conoció a la víctima a través de una página de citas. Al parecer, planeó el crimen para robar. La víctima murió por asfixia.
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Chalar fue encontrado en su departamento de calle Córdoba 117, de Capital. Fue un inquilino del pequeño complejo quien halló el cadáver. Estaba desnudo y tapado con una sábana.
En el pasillo común que da a la calle estaban los electrodomésticos y otros bienes del profesor apilados y alguien había llamado a un fletero, supuestamente para trasladar esos objetos.
El inquilino al llegar al edificio se encontró con un sujeto saliendo. Le preguntó “quién sos” y la respuesta fue: “Soy Maxi”.
El mismo inquilino vio a un fletero llegar. Le dijo que unos minutos antes lo habían llamado por una mudanza. Pero el transportista se fue.
La Justicia tenía cabos sueltos y no tenía la causa de la muerte de Alberto Chalar. No podía investigar un crimen porque podría haber sido un deceso natural. Había una sola certeza: alguien trató de robarle al profesor de música.
Las declaraciones testimoniales del inquilino fueron fundamentales. La Justicia se comunicó con la empresa de fletes y luego con el fletero. Este hombre declaró que lo llamaron el día 29 de enero alrededor de las 20 por una mudanza para el otro día en calle Córdoba y al otro día lo llamó un hombre a las 6.20 para realizar la mudanza. Es decir, la comunicación fue realizada diez minutos antes de la llegada del inquilino al edificio pero varias horas después de que muriera Chalar.
La Justicia poseía estos importantes datos: el nombre del hombre que salía del edificio y también su número telefónico gracias al registro de la empresa de fletes. Al solicitar a las empresas de telefonía móvil la identidad de la titularidad de ese número, una de las firmas contestó. El nombre del dueño de la línea es Maximiliano G.
Ahora faltaba saber cómo había muerto Charlar. Este viernes la fiscal Cecilia Bignert recibió el informe del Cuerpo Médico Forense. Chalar fue asfixiado, le indicaron los profesionales.
La magistrada le explicó a Diario UNO que “en el pulmón había signos de que se impidió el ingreso de oxígeno; algunos vasos se habían reventado en distintas partes del cuerpo y en el cerebro también se reventaron algunas venitas, por obstrucción de las vías respiratorias aéreas (boca o nariz)”.
Los cabos se habían atado para la fiscal. Alberto Chalar fue asesinado y tenía un sospechoso, Maxi, quien al parecer planeó todo un día antes del crimen con el objetivo de robarle los bienes que encontraron en el pasillo.
Bignert solicitó la detención de Maxi G. y la Policía lo arrestó este viernes.
Chalar y Maxi no eran amigos pero el sospechoso ingresó al departamento de la víctima, quien fue encontrado desnudo en la cama, por lo tanto, ingresó a la vivienda con consentimiento. Entonces era necesario elucidar cómo se conocieron.
Al respecto, otra fuente ligada a la investigación aseguró que “Alberto Chalar ocasionalmente se reunía con hombres que conocía a través de páginas de Internet. A este Maxi lo conoció así, lo pudimos corroborar a través de los mensajes por WhatsApp de los últimos días entre ellos. En esos chats habían concertado reunirse el 30 de enero, día del asesinato”, explicó la fuente.
Maxi, de 24 años, será imputado por el delito homicidio críminis causa. Esto significa que se comente un asesinato para esconder otro delito, en este caso el robo, que era el plan del sospechoso.